Del orgullo a la discordia: Evolución de la relación de Felipe VI y su padre

El Rey Juan Carlos está a punto de regresar a Abu Dabi tras pasar unos días en España. El anterior monarca llegaba el pasado jueves al aeropuerto de Vigo, donde fue recibido por la Infanta Elena y Pedro Campos, entre otros. Era la primera vez que don Juan Carlos pisaba suelo español desde su marcha en el verano de 2020. Un viaje que fue anunciado por la Casa de S.M. el Rey y que termina este lunes, cuando el Rey Juan Carlos haga escala en Madrid antes de volver a Abu Dabi para reunirse con don Felipe y otros miembros de la familia.

No se sabe cómo será esta reunión, quienes asistirán -más allá del Rey, doña Sofía y don Juan Carlos- o si habrá algún tipo de fotografía oficial, ya que se trata de un encuentro privado. Lo que sí parece probable es que don Juan Carlos regrese a Sangenjo pronto, a principios del mes de junio.

A diferencia de lo que ha ocurrido con la Infanta Elena o incluso con la Infanta Cristina, la relación entre el Rey Felipe y su padre se ha caracterizado en los últimos tiempos por el distanciamiento. Muy improbable era ver una imagen del anterior monarca fundiéndose en un abrazo con su hijo a su llegada a España -tal como ocurrió en el caso de la duquesa de Lugo- o posando en Abu Dabi con sus nietos, como resultó la pasada Semana Santa, coincidiendo en parte con el regreso de la Princesa Leonor por unas vacaciones en el Atlantic College.

Y es que la situación de don Felipe, como jefe del Estado, es bastante más comprometida que la de sus hermanas. De hecho, la pasada semana, el monarca viajó a Abu Dabi para dar el pésame por y no se reunió con su padre, aunque fuentes oficiales confirmaron que sí que pudo hablar con él y acordar el encuentro que va a producirse en Madrid.

La relación entre el actual soberano y su padre ha estado marcada por la imagen de la Corona. Más allá del vínculo entre padre e hijo, la realidad es que el papel del Rey Felipe con don Juan Carlos depende directamente de su compromiso con la institución. Tanto es así, que cuando se dio a conocer que el soberano aparecía como beneficiario de una de las sociedades de su padre se emitió un comunicado en el que renunciaba a su herencia y le retiraba la asignación. Fue a principios de la pandemia y apenas unos meses antes de que don Juan Carlos tuviera que abandonar España.

El propio Juan Carlos reveló a la periodista francesa Laurence Debray, autora de Mi rey caído, que su relación con don Felipe estaba rota. Otras fuentes apuntan a que padre e hijo sí que han mantenido contacto en estos meses, pero nunca se han visto. Algo que, sin embargo, la Infanta Elena sí que ha hecho. Tanto es así que no solo fue la encargada de recibirle en Vigo, sino que, con anterioridad, ha estado viajando continuamente a Emiratos para estar con su padre.

Llegados a este punto, el vínculo entre padre e hijo no atraviesa su mejor momento y es complicado que se recupere el status anterior. Atrás han quedado los momentos en los que el entonces Príncipe de Asturias hablaba con admiración de su padre -al que llamaba patrón- y de la labor que llevó a cabo en la Transición, mientras que ahora se ve obligado a tomar distancia por el bien de la supervivencia de la institución y el futuro de su hija.