LA INFANTA PACIENTE

Doña Elena, el comodín de la Familia Real

La hermana mayor del rey Felipe VI ha demostrado su devoción por la Corona y su vocación de servicio a España a pesar de haber sido relegada a un segundo plano

La infanta Elena
La infanta Elena, el comodín de la familia real
  • Andrea Mori
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Es la primera hija de los reyes eméritos, pero, sin embargo, se ha ganado el título de la ‘eterna segundona’. Doña Elena se ha convertido, especialmente en los últimos años, en el comodín perfecto para la Familia Real. Pese a que desde que su padre abdicara la Corona en 2014 y su hermano asumiera la Jefatura del Estado, la más ‘borbona’ de los vástagos de don Juan Carlos y doña Sofía ya no es parte de la Familia Real sino de la del Rey, su sentido del deber y su amor por España han provocado que siempre esté exactamente dónde y cuándo se la necesite. No importa que mantenga su trabajo en la Fundación Mapfre o que no esté incluida en la página web de la Casa Real, la Infanta sigue respondiendo presta a la llamada de Zarzuela.

Una víctima colateral

Desde el estallido del ‘Caso Nóos’, en la Familia Real se tomaron una serie de decisiones para minimizar su impacto sobre la Institución. Decisiones que afectaron en primer lugar al entonces duque de Palma y a doña Cristina, y más adelante a la propia doña Elena, que vio reducida su agenda oficial así como relegada su posición en determinados actos como el Día de la Fiesta Nacional.

Carlos García Revenga

La infanta Elena en una imagen de 2014 / Gtres

Con la abdicación de don Juan Carlos, la situación llegó al límite y doña Elena ‘desapareció’ del mapa. Son de dominio público las causas que motivaron la precipitada renuncia del Rey -un año antes de cumplir cuarenta años en el trono-, pero el resultado para su hija mayor fue poco afortunado. Pese a que no salía favorecida, la Infanta ‘encajó el golpe’ con elegancia y con la clase que destila de antaño.

Aunque doña Cristina no estuvo presente -por motivos obvios- en los actos de la proclamación de Felipe VI, a doña Elena se le dio un papel preferente, un papel que nada tiene que ver con el que ha ocupado después. Aquel 19 de junio, Elena estuvo junto a su madre y a su hermano acompañada de su hijo mayor. Sería la última vez que aparecería en una imagen como parte oficial de la Familia Real, de hecho, el propio don Juan Carlos ‘se quitó’ de en medio. Era el comienzo de una nueva era. Sin embargo parece que la infanta castiza está llamada a convertirse en el nexo de unión entre el pasado y el presente.

Secundaria de lujo

Es una realidad que la hija mayor de don Juan Carlos y doña Sofía no debería tener ninguna obligación con la Corona. Doña Elena es infanta de España y duquesa de Lugo, pero no forma parte de la Familia Real. Sin embargo, se ha convertido en una secundaria de lujo y la mejor representante de la Corona en determinadas ocasiones, como el pasado mes de mayo, cuando tras casi un año sin participar en la agenda oficial regresó a ella para entregar el Premio ‘Caballo de Oro’ al escuadrón de escolta de la Guardia Real.

La infanta Elena / Gtres

Si bien doña Elena no tiene ‘deberes’ para con la Corona, sí que siente devoción por ella y tiene una inmensa vocación de servicio al país. Es por este motivo por el no duda cada vez que se le requiere participar en cualquier acto oficial. Por ejemplo, fue ella la designada por la Casa para acudir al funeral de la duquesa de Alba en Sevilla, a los pocos meses de que Felipe VI asumiera la Jefatura del Estado. Este año en Palma de Mallorca ha vuelto a pasar. La ausencia de don Juan Carlos -por motivos médicos- ha dejado un vacío en la isla que doña Elena ha sido la encargada de cubrir. Hacía tiempo que no se veía disfrutar a la duquesa de Lugo de una jornada marinera y en esta edición ha recuperado su pasión por la vela.

La Infanta ha vuelto a regatear / Gtres

La Infanta ha competido  a bordo del Titia, un barco en el que también está inscrito el Bribón de don Juan Carlos y con muy buen resultado ya que ha conseguido ganar un premio que su propio hermano le entregó. Durante años, doña Elena disfrutaba regateando con otros miembros de la familia, pero tras ser madre dejó poco a poco de hacerlo. Ahora parece que la Duquesa coge el testigo de su padre, ya que él no puede competir.

Un arma de doble filo

Sin embargo, pese a que doña Elena ejerce de comodín perfecto para las situaciones en que otros miembros de la familia no están disponibles, lo cierto es que su situación es un tanto delicada. Aunque la Infanta puede presumir de una conducta intachable y de una magistral capacidad para ejercer sus funciones institucionales, también es verdad que como hermana ha sido -y sigue siendo- uno de los mayores apoyos para doña Cristina. De hecho, ha sido la única que ha estado presente en la reciente graduación de Miguel Urdangarin y que ha visitado al exduque en Brieva. Ni siquiera doña Sofía ha llegado a este punto, algo que denota que algo ha ocurrido entre madre e hija.

La infanta Cristina y la infanta Elena

La infanta Cristina y la infanta Elena en una imagen de archivo / Gtres

El hecho de que doña Elena se posicione a favor de su hermana y de su padre también -con quien mantiene una relación más que excelente- es en sí delicado, ya que la Corona no atraviesa su mejor momento y si los Reyes se han distanciado de todos aquellos que puedan ser sospechosos de una conducta inapropiada, no estaría bien visto que la hermana mayor de don Felipe se codease con quienes han estado acusados de tal.

Pese a esta situación, parece que por ahora en Zarzuela prefieren ‘mirar hacia otro lado’ y dejar que la Infanta siga haciendo aquello que se le da tan bien. Es incuestionable que la hija menor de los eméritos ejerce a la perfección su papel institucional y lleva la ‘marca España’ grabada a fuego en el corazón. Sin embargo, quizás un poco más de reconocimiento no estaría mal, al fin y al cabo, se le debe mucho más de lo que muchos podrían pensar.

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