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Bromista, gran bailarín y perezoso: Las anécdotas más inolvidables de Felipe VI

El rey Felipe de Borbón
El rey Felipe de Borbón / Gtres
  • Andrea Mori
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«No puedo firmar autógrafos. No soy Miguel Bosé». Pocos podrían imaginar que esta respuesta saldría de los labios de Felipe de Borbón. Corría el año 1986 cuando una joven se acercó hasta el entonces Príncipe en las inmediaciones del Hotel Reconquista para pedirle un autógrafo y él respondió así de espontáneo. Es José Apezarena, biógrafo del Rey, quien ha descubierto a LOOK este y otros muchos ‘secretos’ de la vida de Felipe VI.

Doña Letizia

Don Felipe y Doña Letizia firman autógrafos en Colombia /Gtres

Resulta cuanto menos curioso que tras ese semblante serio se escondiera un hombre bromista, algo perezoso y un amante de la música y el baile.  «Es un gran bailarín, igual que su madre, doña Sofía, a la que le encanta bailar y por cierto, sabe bailar bien claqué», asegura Apezarena.

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Estas son solo dos de las muchas anécdotas que guardan en la memoria todos aquellos que han tenido la suerte de compartir algún momento a lo largo de los 50 años de vida que celebra don Felipe el próximo 30 de enero.

Un rey perezoso y bromista

Aunque desde pequeño, su vida estuvo dirigida a convertirse en el futuro rey de España, su madre doña Sofía intentó que disfrutara de una vida lo más normal posible. Tanto es así que Felipe  siempre fue un niño con los comportamientos típicos de un chico de su edad. «Era un niño perezoso y dormilón, se quedaba por las noches mirando las estrellas con un telescopio que le había regalado su abuela y luego no podía levantarse», asegura Jaime Peñafiel. 

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El gusto por las sábanas no lo perdió a medida que pasaban los años, pero se fue acostumbrando a madrugar y buscaba ‘trucos’ que le hicieran la tarea más fácil.  «Cuando estaba en Canadá, cada mañana, tenía que levantarse a las 7 en punto. La alarma con música del reloj de muñeca, regalo del violinista Yehudi Menuhin, resultaba insuficiente, y su compañero de habitación, Chris, le echaba una mano. Hasta hizo una apuesta con su ayudante, Alcina: Felipe se comprometía a levantarse, sin fallo, quince días seguidos, y a cambio Alcina dejaría de fumar. El Príncipe perdió la apuesta, pero poco a poco fue superando la dificultad», dice Apezarena . «Como ayuda extra, la señora McIntosh, que hacía de enfermera en el colegio, llevaba algunas mañanas una bolsa de hielo y se la ponía en la cara para que se despertara», recalca el biógrafo.  

Jaime Peñafiel

Jaime Peñafiel sigue pensando que Don Juan Carlos ha sido un rey inigualable / Gtres

Aunque ahora parece un monarca serio y responsable, tuvo su etapa ‘bromista’. «Una vez se encerró en un armario, bueno, se encerró o lo encerraron, nunca se ha llegado a saber, y justo en ese momento llamó la Reina y en el colegio no sabían qué decir», afirma Peñafiel.

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En 1984, durante su estancia en Canadá, un equipo de TVE viajó hasta allí para entrevistarle. Apezarena recuerda cómo el Príncipe hizo gala de su divertido carácter no solo en el ensayo sino también en la retransmisión. «Fue primera entrevista en televisión. En el ensayo, le plantearon esta pregunta: Alteza, ¿qué le sugiere Asturias?. Y él contestó, en broma: »Patria querida». Le adviriteron: »Mañana le va a salir eso en la entrevista». »No, no», decía él. Efectivamente: al día siguiente el periodista le hizo la pregunta: Alteza, ¿qué le sugiere Asturias? Y respondió: »Patria querida». Hubo que cortar y volver a empezar».

 Carlos Herrera

«Me acuerdo un día que vino a la Semana Santa de Sevilla y me hizo saber que le gustaría conocer algunas cosas y nos fuimos a la hermandad del beso de Judas. Y le dije, señor, le van a pedir que toque el martillo y dice: ¿Y tocar el martillo qué es lo que es?», dice Carlos Herrera /Gtres

Carlos Herrera recuerda un divertido viaje del Rey a Sevilla. «Me acuerdo un día que vino a la Semana Santa de Sevilla y me hizo saber que le gustaría conocer algunas cosas y nos fuimos a la hermandad del beso de Judas. Y le dije, señor, le van a pedir que toque el martillo y dice: ¿Y tocar el martillo qué es lo que es?.. Es darle al llamador del paso y lo va a tener que hacer… ¡Ah! pues no hay problema. Y luego se sentó y estuvo atendiendo a nazarenos chiquititos que veían a atenderle o a darle un beso»

Un carácter excepcional

La mujer de Sabino Fernández Campo, María Teresa Álvarez resalta el carácter de don Felipe. «Lo conocí siendo periodista en Asturias. Recuerdo muchos detalles de cariño hacia nosotros. Por ejemplo, él y doña Letizia, siendo príncipes de Aturias, la misma noche que murió Sabino tuvieron el detalle de llamarme por teléfono a pesar de que estaban en Oviedo en los actos de los Premios».

Si hay un recuerdo especialmente emotivo en la vida del monarca, este está sin duda relacionado con su abuelo. Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, sorprendió a todo el país con unas declaraciones exclusivas al ‘Diario de Navarra’ seis meses antes de morir, en Pamplona, en la Clínica de la Universidad de Navarra, en las que expresó sin tapujos su preocupación por el futuro inmediato de la nación: “Veo a España mal, con su unidad amenazada”. Y el 18 de enero de 1993, fecha en la que el Conde de Barcelona recibió la Medalla de oro de Navarra, en el Palacio del Trono del Palacio Foral de Navarra, el entonces príncipe Felipe con 25 años leyó el discurso que no pudo pronunciar ya su abuelo como consecuencia de un cáncer de laringe. Fueron las últimas palabras públicas de don Juan transmitidas a través de la voz de su nieto, el entonces Príncipe de Asturias.

«Recuerdo, aquel día, ver la profunda emoción del actual rey Felipe. Era consciente que la vida de su abuelo se estaba apagando. Fue el último acto público en el que estuvieron presentes las tres generaciones: abuelo, Conde de Barceloma, hijo, Rey don Juan Carlos, y nieto, el actual Rey Felipe VI», asegura Fermín J. Urbiola, periodista y escritor, quien en el momento de los hechos se encontraba estudiando 4º de Periodismo Pamplona  y trabajaba para Radio España.

Un apoteósico debut internacional

Don Felipe ha sido siempre un príncipe precoz, adelantado a su tiempo. Con tan solo 15 años, en 1983, realiza su primer viaje oficial al extranjero para tomar parte en las celebraciones del 450 aniversario de Cartagena de Indias. Un viaje en el que va acompañado de otro Felipe, el entonces Presidente Felipe González. La llegada del Príncipe causó furor y cierta polémica en Colombia, sobre todo entre las mujeres.

En palabras de Apezarena: «El recibimiento al príncipe fue apoteósico, sobre todo por parte del personal femenino. Durante una parada naval, iban los dos apoyados en la baranda de un barco, cuando se escucharon gritos de ‘¡Felipe, Felipe, Felipe!’. Ante la insistencia de que saludara, se volvió a González: ‘¿A qué Felipe se referirán, presidente? ¿Saluda usted o saludo yo?’ González contestó: ‘Alteza, yo creo que, por las edades de las personas que parecen chillar, la cosa va dirigida a Vuestra Alteza; así que salude sin miedo’. Don Felipe respondió: ‘Yo creo, Presidente, que debemos saludar los dos a la vez’. Y así se hizo.»

Sabe encajar las críticas

Un Rey tan profesional que siempre sabe estar en su lugar. Algo que destaca el periodista Fernando Jáuregui. «Es un ultraprofesional de reinar y hay  aspectos de su parte humana que incluso pueden resentirse. Un día estábamos varios visionando una parte de un tema que estábamos rodando en la Zarzuela cuando alguien de su equipo de comunicación le dijo, ‘señor, qué feo queda decir he terminao, he mandao… hay que decir he terminado, he mandado’. En ese momento, él se levantó y se marchó. Yo me levanté al cuarto de baño, salí detrás para curiosear y me lo encontré dando vueltas de arriba a abajo descargando su irritación, pero volvió tranquilamente, como sino hubiera pasado nada».

Jauregui

Un día estábamos varios visionando una parte de un tema que estábamos rodando en la Zarzuela cuando alguien de su equipo de comunicación le dijo, «señor, qué feo queda decir he terminao, he mandao… hay que decir he terminado, he mandado», dice Jauregui /Gtres

Una característica que resalta también Rosa Villacastín. «Durante la fiesta del 12 de octubre, antes de que conociera a Letizia  hablando con él le dije: ‘Señor, creo que usted tiene un problema de comunicación’. Me miró sorprendido y yo continué: ‘Es tan alto que es imposible que nos mire a los ojos, y eso le distancia de la gente’. Sonrió y no comentó nada. Lo creo sinceramente.

Felipe y las mujeres

Fue Rosa Villacastín una de las primeras en apuntar el posible carácter de galán del Rey. «El primer acto que cubrí de la Familia Real fue un verano en Palma de Mallorca. Jaime Peñafiel y yo fuimos los únicos que accedimos a pasar a la zona privada del Palacio de Marivent, porque entonces no se hacían los posados que se hacen hoy. Estuvimos en la terraza donde desayunaban, allí hablamos con la reina Sofía, y con Felipe, que tendría 15 años más o menos. Era tan guapo que recuerdo que le dije a la Reina: ‘este niño va a romper muchos corazones cuando sea mayor’. La Reina se sorprendió de mi sinceridad, pero le agradó el comentario», asegura la periodista.

Cuenta Pilar Eyre que en Zarzuela no sentó muy bien una de las ocurrencias que tuvo el entonces Príncipe con la que fuera su novia de juventud, Isabel Sartorius. «Don Felipe tenía un puñal que le había regalado un príncipe árabe con  piedras preciosas y deshizo la empuñadura para hacer una pulsera a Isabel por uno de sus cumpleaños», explica Eyre.

Con Eva Sannum, el Rey se encontró en una situación casi límite. Según confirma Eyre, «don Felipe estaba dispuesto a anunciar su compromiso cuando don Juan Carlos  hizo que se reuniera con todos los presidentes del Gobierno que había habido hasta entonces. Todos le dijeron que tenía que anteponer el deber al deseo, menos  Felipe González que le aconsejó que siguiera los dictados de su corazón. Fue entonces cuando don Juan Carlos dijo: ‘Me falló el andaluz», destaca.

Eva Sannum Felipe

Eva Sannum y el por entonces príncipe Felipe en el año 2001 /Gtres

El Rey encontró al amor de su vida en 2003 de la mano de la periodista Letizia Ortiz. «Recuerdo que en unos premios Cuco Cereceda, me preguntó que si conocía a Letizia y le dije que no. ‘¿Y qué te parece?’, preguntó. ‘Que ha acertado usted’, dije. Sonrió y no dijo nada. Cosa que no me extrañó porque era muy introvertido. Él sabía que yo desde Antena 3 TV siempre me había mostrado poco receptiva a su relación con Eva Sanumm, quizá por eso quiso saber mi opinión sobre la elección de Letizia, siendo ella periodista de profesión», afirma Rosa Villacastín, quien además mantiene que la asturiana «le ha cambiado para bien, ahora es mucho más receptivo, más simpático con la gente.»

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