El estado de salud de Margarita de Dinamarca tras someterse a una complicada operación
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Después de que Beatriz de Holanda se viera obligada a pasar por quirófano a consecuencia de una fractura de muñeca, ha sido el turno de Margarita de Dinamarca. Ha sido hoy cuando la reina danesa se ha sometido a una extensa cirugía de espalda en el Rigshospitalet de Copenhague, manteniendo a toda la población alerta sobre su estado de salud, y especialmente a sus seres queridos. Sin embargo, la intervención ha resultado ser todo un éxito y así lo han expresado los miembros de la Familia Real a través de un comunicado.
En el informe en cuestión, Casa Real ha admitido que «la operación ha salido según lo planeado», razón por la que la monarca está en circunstancias «buenas y estables». No obstante, y para una mayor comodidad de la soberana, los médicos pertinentes han preferido que permanezca ingresada en el centro hospitalario mencionado hasta nueva orden. Y es que, teniendo en cuenta la zona del cuerpo por la que ha sido operada, se espera que esté a punto de afrontar un largo periodo de convalecencia y rehabilitación que trae consigo el reposo absoluto hasta que los profesionales lo crean conveniente.
Teniendo en cuenta que se trata de una recuperación a largo plazo, doña Margarita se ha visto obligada a poner un punto y aparte a su agenda oficial, cogiendo su testigo el heredero al trono, Federico de Dinamarca. Desde el pasado martes, 21 de febrero, el hijo mayor de la reina está ejerciendo como perfecto regente a la hora de hacerse cargo de las labores que conciernen a su progenitora, demostrando así estar perfectamente preparado para ser el rey de su país cuando llegue el momento de hacerlo. Un papel en el que se ha desenvuelto a la perfección siempre que ha sido necesario, razón por la que él y su madre gozan de una muy buena relación amistosa que va más allá del vínculo maternofilial que les une.
Con quien ambos no tendrían tan buena relación sería con el hermano de Federico, el príncipe Joaquín. Era hace tan solo unos meses cuando Margarita anunciaba a través de un comunicado su intención de retirar los títulos de príncipes y princesas a sus nietos, pero no a todos, únicamente a los hijos de su hijo menor. Una decisión que no estuvo exenta de polémica y que no habría sentado en absoluto bien al propio Joaquín ni a su esposa, que no tuvo reparo en admitir públicamente que «se estaba privando a sus hijos de su identidad». Sea como fuere, la monarca quiso quitar hierro al asunto a la hora de señalar que se trataba de una elección favorable para sus nietos, que podrían elegir su futuro sin que ningún título se lo impidiese. Pero ni esa explicación sirvió a su hijo menor, que indicó que sus vástagos habían crecido de una manera determinada por la que no podrían sentirse «libres» pese a haberles retirado sus títulos.