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Es la heredera más discreta de la «Europa de las reinas». Elisabeth de Bélgica cumple 16 años convertida en todo un referente para sus coetáneas. La hija de Felipe y Matilde de los Belgas es el ejemplo perfecto de princesa discreta y responsable, además del fiel reflejo de su madre.
Nacida en el hospital Anderlech de Bruselas el 25 de octubre de 2001, Elisabeth es la mayor de los cuatro hijos de los actuales monarcas. Muy unida a sus padres y a sus hermanos, desde pequeña fue muy consciente del lugar que debería ocupar en el futuro, algo que se agudizó a partir de 2013, cuando su padre ascendió al trono.
Elisabeth es pionera en muchas cosas, lo que ha hecho de ella todo un referente. Es la primera princesa belga en ostentar el título de Duquesa de Brabante y optar a la sucesión a la Corona, ya que la Ley Sálica se mantuvo vigente hasta 1991. Elisabeth será la primera Reina de Bélgica por derecho propio y no como consorte. Además es la mayor de las herederas de su generación, entre las que se encuentran Amalia de Holanda, Ingrid de Noruega o Leonor de España. Para todas ella, la belga se ha convertido en un ejemplo a seguir por su disciplina y compromiso con sus tareas oficiales.
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La hija de los reyes belgas es una niña sensible, discreta y aplicada. Amante de las artes y del deporte, estudia en un centro público donde recibe formación en flamenco y francés. Con gran facilidad para los idiomas y la música, Elisabeth habla también inglés y alemán.
Con tal solo 12 años pronunció su primer discurso oficial en tres idiomas diferentes y en la actualidad cuenta con una completa agenda de actividades, algo en lo que le lleva la delantera al resto de herederas europeas. Los Reyes son muy conscientes del importante papel de la Monarquía y por eso cuidan al máximo la preparación de la joven Elisabeth.
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Aunque tiene una especial complicidad con su padre, a quien acompaña en numerosos actos oficiales, Elisabeth ha heredado la belleza y la delicadeza de su madre, la reina Matilde y, a pesar de su carácter discreto y su empeño en permanecer en un segundo plano, la joven está llamada a ser una de las grandes protagonistas del futuro de Europa.