Harry y Meghan camino a los Emmy: su polémica entrevista con Oprah Winfrey nominada a los prestigiosos premios de televisión
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Cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce tras la polémica que ha rodeado al príncipe Harry y a su mujer Meghan Markle en el último año, los Premios Emmy han vuelto a colocarles en el disparadero. Y es que la entrevista que mantuvieron con Oprah Winfrey el pasado 8 de marzo ha sido elegida para optar a uno de los galardones que otorga la Academia de Televisión de Estados Unidos, y que se entregarán el próximo 19 de septiembre. Pero esta no es la única ‘presencia’ de los ‘royal’ ingleses en la lista de nominados, ya que ‘The Crown’ es también una de las favoritas en las quinielas para conquistar los premios.
La charla de los duques de Sussex con Oprah fue el espacio más visto de la televisión americana -según ‘The New York Times’ fueron 17,1 millones de personas los que la siguieron en directo-, y todo un escándalo en Inglaterra. Los británicos no vieron con buenos ojos la llegada de la actriz americana a la vida del hijo pequeño de Lady Di, y mucho menos todo lo ocurrido después, destacando el denominado ‘Megxit’. Ahora solo queda esperar a que pase el verano para saber si Harry, Meghan y Oprah suben al escenario para recoger el premio en la categoría de Serie o Especial de No Ficción.
Esta es la décima vez que Oprah Winfrey es nominada a un Emmy, y puede presumir de tener en su haber tres galardones recogidos en los años 1989, 1993 y 2000. Su trabajo con Harry y Meghan recibió el aplauso de sus colegas de profesión y del público en general, que asistieron a las inesperadas confesiones del matrimonio.
La comunicadora escuchó atónita las palabras del matrimonio. Hablaron de salud mental, de sus días en Buckingham, así como de su controvertida salida de la Familia Real Británica. Mientras Harry dejaba claro el vacío y el distanciamiento con el Príncipe Carlos, Meghan fue más allá con unas declaraciones de lo más liberadoras.
La duquesa contó que había tenido pensamientos suicidas y que incluso llegó a pedir ayuda a la Institución, donde no encontró el respaldo que buscaba. Pero sin duda la auténtica bomba fue cuando no tuvo reparo en contar el episodio racista que, según ella, había vivido cuando estaba embarazada de su primer hijo. La pareja dejó entrever que en el seno de la Familia Real había preocupación porque su primogénito naciera con la tez más oscura. «No querían que tuviera el título de príncipe ni que se le proporcionase seguridad. Me sentí abrumada porque mi hijo no fuera a estar seguro y porque no se le diera un título de la misma forma que a otros nietos se le daría por ser el miembro de color de esta familia».