Carlos de Inglaterra se cierra en banda contra el príncipe Andrés
Jaque al príncipe Andrés: Virginia Giuffre le demanda por presunta agresión cuando era una menor
El príncipe Andrés se refugia en los brazos de la Reina tras la demanda de Virginia Giuffre
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Momento complicado para la familia real británica. Hasta hace apenas unas semanas, el foco de conflicto en el entorno de los Windsor estaba puesto en los duques de Sussex y en las numerosas polémicas que han protagonizado en los últimos meses. Sin embargo, desde principios de esta semana, el príncipe Andrés ha vuelto a ocupar los pensamientos de la familia. Y es que Virginia Giuffre ha presentado una demanda contra el duque de York por presunto abuso cuando ella era una menor. Una acusación directa al príncipe Andrés que deriva del caso de Jeffrey Epstein y que le vuelve a poner en el punto de mira después de que él mismo declarara que no recordaba haber conocido a la joven.
El pasado martes la reina Isabel llegaba al Castillo de Balmoral para comenzar sus vacaciones en Escocia. Unas vacaciones ya de por sí complicadas ya que se trata de las primeras tras la muerte del duque de Edimburgo en el mes de abril. Motivo por el cual la mayor parte de la familia va a trasladarse a la zona para acompañar a la monarca. Sin embargo, la situación de Andrés ha enturbiado aún más el entorno. Según apuntan algunas fuentes, los más cercanos a la Reina están muy preocupados por el efecto que el caso del duque de York pueda tener en la soberana que ya de por sí ha tenido que enfrentarse a momentos complicados este año y, por eso, quieren protegerla lo más posible. Justo ayer, los fotógrafos captaban al príncipe Carlos y a Camilla en las inmediaciones de Balmoral, con el rostro muy serio y en actitud preocupada. No eran los únicos que se encontraban en la zona. También Eugenia de York y Jack Brooksbank llegaban a Escocia con su hijo August.
A quien también se ha visto es al duque de York. Apenas un día después de conocerse la noticia de la demanda, Andrés llegaba a Escocia junto a su exmujer -que hasta la muerte de Felipe de Edimburgo tenía vetado estar en su presencia porque nunca le perdonó los escándalos del pasado-. El Príncipe ha vuelto a refugiarse en los brazos de su madre, como ya ocurriera en el momento en que tuvo que dar un paso atrás tras salir a la luz su posible vinculación con Epstein.
Quienes por ahora no han hecho acto de presencia, pero se espera que aparezcan pronto son tanto los condes de Wessex como los duques de Cambridge y sus hijos, así como la princesa Ana, que celebra su cumpleaños este fin de semana. Todo un cónclave de royals para apoyar a la Reina en uno de sus momentos más delicados que, sin embargo, va a tener un aire difícil debido a la situación de Andrés.
Aunque todavía no se ha producido ninguna respuesta oficial a la demanda de Giuffre, fuentes cercanas a los Windsor apuntan a que el príncipe Carlos tiene claro que el duque de York debe mantenerse lo más alejado posible de la institución. Una postura que concuerda con su idea de ir reduciendo a los representante de ‘La Firma’ a su expresión más fundamental y que llevará a cabo en el momento en el que sea rey.
En este caso concreto, más allá de lo que convenga a la imagen de la Corona, al parecer, el Príncipe está preocupado por la repercusión que todo esto pueda tener en la salud y el estado de la Reina que, a sus noventa y cinco años, sigue estando plenamente activa.
Según apunta el diario ‘The Times’, el duque de York tenía pensado retomar sus funciones oficiales en el momento en que la situación se calmara, algo que ahora resulta imposible. Ahora mismo, Andrés está preparando una estrategia con sus abogados de cara a este proceso y aunque las puertas familiares no se le han cerrado, ‘La Firma’ parece que nunca más contará con él.
El mismo diario asegura que las opciones del Duque pasan por no contestar a la denuncia, contestarla y enfrentarse a un posible juicio en los tribunales de Nueva York por abusos sexuales, o intentar llegar un acuerdo con Virginia Giuffre y pagarle una cuantiosa indemnización sin la necesidad de tener que admitir ningún tipo de culpabilidad. El caso podría alargarse hasta dos años, lo que sería una auténtico varapalo para la reina Isabel, que el próximo año celebra su Jubileo de Platino.