¿Privadas o de dominio público? Así son las vacaciones de la realeza
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Un año más, las familias reales europeas se preparan para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Un descanso tras un curso más o menos intenso en el que los royals podrán recargar las pilas para la próxima temporada.
Mucho se ha especulado sobre si los reyes y príncipes deben hacer partícipes a sus súbditos de sus planes. Al ser figuras públicas, en teoría al servicio del pueblo, lo más lógico es que se pueda tener toda la información relativa a sus viajes. Sin embargo, no puede obviarse que además son personas, con una dimensión privada esencial. Ser rey no es un trabajo cualquiera, sino una condición en sí misma. Es muy fina la línea que separa su esfera privada de la pública.
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Las consideraciones en torno a esta cuestión varían de una monarquía a otra. En el caso de las Casas Reales escandinavas, esto es, Noruega, Suecia y Dinamarca, las vacaciones comienzan a principios de julio con un tradicional posado familiar. Se escoge alguna de las residencias oficiales y se disfruta de unos días de descanso. Toda la información sobre las actividades de la familia es pública. A pesar de esto, de vez en cuando, los royals hacen alguna escapada en privado cuyos detalles suelen trascender.
Por ejemplo, el pasado año, los príncipes Carlos Felipe y Sofía pasaron unos días en Saint Tropez y después en Barcelona, al igual que Haakon y Mette Marit suelen también pasar unos días en la costa francesa. Por su parte, Federico y Mary de Dinamarca prefieren disfrutar de los bellos parajes que ofrece el Castillo de Grasten.
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La reina Isabel de Inglaterra es muy tradicional en lo que a vacaciones se refiere. La monarca está tan comprometida con su labor que, a pesar de trasladarse a Balmoral durante todo el verano, continúa atendiendo sus compromisos oficiales desde allí. Carlos y Camilla a veces aprovechan el yate real, aunque siempre hacen una parada en Balmoral. Lo mismo ocurre con los Duques de Cambridge, que además de pasar unos días en tierras escocesas disfrutan de otros lugares en privado, como el pasado año en Biarritz. A diferencia de otras casas reales, los ingleses no son muy dados al tradicional posado estival.
Máxima y Guillermo de Holanda no solo son unos de los monarcas más populares, sino que además son bastante transparentes en lo que respecta a sus planes veraniegos. Sus vacaciones siempre comienzan con un tradicional posado, tras el cual se da el verano por iniciado. Rara es la ocasión en la que los soberanos holandeses no hagan públicos sus planes.
Un caso aparte lo constituye España. Nuestros Reyes inician el verano en Mallorca, un destino más que perfecto para disfrutar del estío. Es allí donde se lleva a cabo el tradicional posado familiar, la única ocasión que se tiene de fotografiar al núcleo central de la Monarquía al completo. Unos días en Palma son suficientes para cumplir con los compromisos oficiales y después comienzan lo que se ha dado en llamar «vacaciones privadas». Es muy difícil que trascienda información sobre este viaje ya que, para nuestros monarcas, la esfera privada ha adquirido vital importancia.
Muy a tono con la filosofía de los españoles está la de los monegascos. En el Principado apenas se da información no solo sobre las actividades oficiales, sino que mucho menos en torno a sus planes estivales. Eso sí, no hay verano que los paparazzi no les cacen a bordo del Pachá.