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Se cumplen veinticinco años de la muerte de una de las figuras clave en la Historia Contemporánea. El 31 de agosto de 1997, el mundo entero quedó absolutamente consternado por el trágico fallecimiento de Diana de Gales. La Princesa expiraba en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière en torno a las cuatro de la madrugada, pocas horas después del trágico accidente en el Túnel del Alma de la capital francesa. La muerte de la primera esposa de Carlos de Inglaterra, que tenía treinta y seis años cuando falleció, causó una conmoción sin precedentes tanto en el Reino Unido como en todo el mundo, de hecho, su funeral presenciado por millones de personas en todo el mundo.
Un cuarto de siglo después de este trágico suceso, Diana sigue siendo un referente a todos los niveles. No solo en términos de estilo, sino también por los avances que consiguió en cuestiones relacionadas con la salud y la solidaridad. Sin embargo, lo que nunca podría haber imaginado la Princesa es que sus hijos se encontraran en polos opuestos a pesar de haber sido, el uno para el otro, el mejor apoyo en momentos complicados.
Un aniversario discreto
A diferencia de lo que ocurrió el pasado año, con el que hubiera sido el sesenta cumpleaños de la Princesa, en esta ocasión no hay ningún acto previsto. La agenda de la Casa de Windsor no se va a ver afectada por el aniversario de la muerte de Diana, aunque el recuerdo de la royal estará muy presente para sus dos hijos. En estos momentos, los Cambridge están preparando su traslado a los terrenos de Windsor, mientras que la Reina disfruta de unas vacaciones en Balmoral. Un escenario similar para la Familia Real al del momento de la muerte de Lady Di.
La relación entre los príncipes Harry y Guillermo no está en su mejor etapa. Las tensiones entre ambos han marcado los últimos tiempos. De hecho, ni siquiera en la visita de los duques de Sussex a Londres por el Jubileo de Platino de la Reina Isabel se pudo ver a los hermanos juntos. Algo que sí ocurrió tanto en el funeral del duque de Edimburgo en abril de 2021, así como meses después en el acto con motivo de la inauguración de la estatua dedicada a la Princesa que se instaló en el Palacio de Kensington. Fue allí donde vimos por última vez a los dos príncipes en buena sintonía, tal como habría querido su madre.
Una lección para la Reina
Para la Reina Isabel la muerte de Diana supuso todo un shock. Después del Annus Horribilis de 1992, la monarca vio socavada su popularidad a tenor de su reacción tras el fallecimiento de la Princesa. Tuvo que ser el entonces Primer Ministro el que aconsejó a la soberana que debía ‘humanizarse’ y hacer algún tipo de comunicado. Un breve mensaje en el que la Reina Isabel mostraba su pesar por la pérdida, pero que llegó tarde, a opinión de los especialistas.
Una alargada sombra
Aunque es una realidad que el recuerdo de Diana continúa muy presente, hay figuras que se encargan de sacarlo aún más a relucir. La reciente entrevista de Meghan Markle ha puesto de relieve su ‘obsesión’ con la madre de su marido. Una ‘reina’ en California que emula una y otra vez a Lady Di, en sus looks o actitudes. Algo similar le ocurre a Kate Middleton, aunque en su caso, son más los medios los que ven un paralelismo con la primera esposa de Carlos de Inglaterra, más allá de un deseo continuo de la Duquesa por imitar a su suegra en lugar de tener su propio estilo.
Importante también destacar el papel de Camilla Parker. De ser ‘la otra’ ha pasado a ganarse a conciencia su papel, hasta el punto de que la Reina la apoya de manera incondicional. Sin embargo, la duquesa de Cornualles sigue aún bajo la sombra de la sospecha y con el fantasma de Lady Di siempre presente. Una realidad por la que nunca ha llegado a utilizar el título que le corresponde y de la que, a pesar de sus esfuerzos, difícilmente logrará escapar.