El último drama que sacude a la familia Azúcar Moreno
Un miembro de la familia Azúcar Moreno ha regresado a casa después de 33 años. Se trata de Boby, el sobrino de la cantante Toñi Salazar. El trágico motivo de su vuelta al hogar familiar lo cuenta el propio protagonista de la mano de su tía Toñi y su hermana Encarni, en la revista ‘Lecturas’. Boby no ha tenido una vida fácil, a sus 33 años ha escrito uno de los episodios más desgarradores de la familia. Con una discapacidad intelectual, su madre Aurelia -hermana de Toñi Salazar- se vio obligada a darlo en adopción tras verse incapacitada para cuidarlo. «Tenía una vida desordenada», justifica Toñi. Hoy Boby relata el calvario que vivió por culpa de sus padres adoptivos; creció entre insultos y humillaciones. «Los problemas comenzaron cuando fui al colegio. No me aceptaban cómo era cuando les decía el profesor que no me enteraba y que tenía un nivel más bajo que los demás», ha asegurado Boby.
Sufrió mucho en el colegio, todos se reían de él: «Me llevaron al médico y le dijeron a mi padre que tenía falta de comprensión. Mi padre empezó a ser más tirante conmigo. Me daba más caña y si me entraba la risa tonta cuando me regañaba él se cabreaba mucho».
Encarna y Toñi Salazar en imagen de archivo /Gtres
En un principio, su madre adoptiva sacaba la cara por él, nunca olvidará Boby una conversación entre sus padres: «Mi madre le decía a mi padre ‘No está así porque él quiere’ y él respondía ‘Es que es un tonto de baba’. Me sentí humillado». Solo encontraba solaz cuando estaba en las clases de apoyo con chicos de su misma discapacidad. «Mi padre me decía que me llevaban al colegio con los tontitos», ha recordado el sobrino de Toñi.
En un intento por contentar a su padre, cuenta Boby, se puso a trabajar en una empresa de aires acondicionados: «El dueño le dijo que no podía trabajar allí. Mi padre me regañó mucho, me insultaba, se burlaba de mí y lo pasé muy mal. Cuando me echaron de la cuarta fontanería me dijo que no volviera a casa hasta que no consiguiera trabajo». Ella noche durmió en la playa, pero no fue la única vez que lo echaron: «Conocí a Carmen María, mi novia, y mi madre me dijo ‘Márchate de aquí, haz tu vida’». Se fueron a vivir a casa de los suegros de Boby, pero aquello acabó pronto. Al romper, pasó seis meses con su abuela, hasta que murió: «Ella era la única que me quería. Al morir mis padres me dieron los papeles de adopción para que buscara mis orígenes y me ordenaron que me quitase el apellido».
La hermana de Boby, Encarni, y Sara conforman el Grupo Alazán /Gtres
En este punto del relato, Toñi ha hablado claro: «Hablemos claro, te dijeron: ‘Te vas con los putos gitanos’. Además de crueles son unos racistas». Tras un tiempo desesperado en el que se refugió en la bebida, encontró a su familia biológica en Vallecas y ahí cambió su vida: «Ahora me siento arropado». Está con su familia. El clan vuelve a estar unido, son felices.