Sebastián Palomo Linares y Concha Azuara, la boda que no pudo ser
Sebastián Palomo Linares se ha ido sin cumplir el sueño que le rondaba la cabeza en los últimos años: casarse con la persona que le rejuveneció en aspecto y espíritu a sus 69 años, la magistrada Concha Azuara. El diestro no le otorgaba mucha importancia a la delicada operación de corazón que finalmente le arrebató la vida. Es más, planeaba un sinfín de proyectos personales y profesionales para cuando saliera triunfal del hospital, jaleado como en sus tiempos taurinos.
Contaba a todo el mundo -incluida a la prensa en sus actos públicos- que su mayor ilusión, a modo de culminación del amor, era organizar una boda a la altura de lo que se merecía Concha Azuara. De hecho, aunque no tenían fecha a la vista, su entorno era partícipe de que la pareja estaba ideando, sin prisa pero sin pausa, un casamiento, aunque de carácter civil, porque Linares ya estuvo casado anteriormente por la iglesia con su ex mujer, Marina Danko. El deseo de Sebastián Palomo era sellar un amor «para la eternidad» y que la muerte, cuando llegase, lo pillara con ella, a quien conoció en 2013 durante los premios Antena de Oro en Aranjuez.
Palomo Linares y Concha Azuara en una de sus salidas nocturnas / Gtres
La diferencia de edad que los separaba -29 años-tan solo era física, que no mental. Incluso, a veces ni siquiera lo primero. El torero mostró un vigor y un rejuvenecimiento con la llegada de Concha a su vida que rompía moldes: «Estar enamorado a mis años es algo maravilloso, increíble. Quiero mucho a Concha. Ella me ha dado una alegría inmensa», aseguró Linares.
El diestro y la magistrada durante la feria de San Isidro / Gtres
Por si estos sentimientos no fueran suficientes, su amor estaba fortalecido por la pasión de ambos hacia los toros. «Siempre he sido una gran aficionada pero desde que estoy con él mucho más», aseguró la magistrada hace dos años.
Sin embargo, la vida tenía preparado un zarpazo propio de un miura y el diestro, pese a batallar hasta el último momento, no ha podido con este toro. Una desolada Concha Azuara se está despidiendo en el tanatorio de La Paz del hombre que la ha acompañado día y noche y que se convirtió en su alma gemela: «Se nos ha ido. Muchas gracias a todos los medios por el respeto con el que habéis tratado la noticia. Muchas gracias también por lo bien que me habéis tratado a mí. Yo estoy acompañada, por mi familia, mi familia está conmigo, y todavía no me lo creo. Se nos ha ido, nos quedaban muchas cosas por hacer juntos». Entre ellas, celebrar una gran boda.