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Giro de 180º

La imagen de Mario Vargas Llosa volviendo a escribir que (probablemente) no gustará a Isabel Preysler

  • Elena Boluda
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Desde que se anunciase su separación de ‘la reina de corazones’, Mario Vargas Llosa ha dado un giro de 180 grados a su vida que nadie se esperaba. Aunque no ha querido dar en ningún momento declaraciones sobre su ruptura, sí que ha tenido movimientos con los que deja claro que Isabel Preysler es ya parte de su pasado. Ahora, el Premio Nobel está refugiado en el calor de sus hijos y parece que en recuperar el tiempo perdido con su ex mujer, Patricia Llosa.

Si bien protagonizaron un acercamiento hace apenas unas semanas, ahora su buena sintonía es tan notable que, incluso, el escritor peruano ha regresado a la residencia familiar ubicada en Lima donde compartieron juntos parte de su vida. Así lo ha hecho saber su hijo Álvaro -y confirmado por el periodista Martín Bianchi-, que ha convertido su cuenta de Twitter en el lugar perfecto para dar pinceladas sobre la vida de su padre en las que no deja en buen lugar a la madre de Tamara Falcó.

«Trabajando, el día después, escoltado por el Pacífico, en el escritorio donde escribió Historia de Mayta y tantas más», ha escrito su hijo. Cabe recordar que esta fue la séptima novela de Mario Vargas Llosa, publicada por primera vez en 1984. Ahora, cuatro décadas después, el Premio Nobel ha vuelto al sitio donde fue tan feliz y donde, presuntamente, no había regresado desde que se mudó en 2015 con Isabel Preysler a Madrid. Feliz de volver a casa.

Sin embargo, esta imagen probablemente no gustará en absoluto a la madre de la marquesa de Griñón, que ha visto cómo su nombre y el de su hija Tamara se ha visto manchado en la última obra del que un día fue el amor de su vida. «Mario añadió dos párrafos a su famoso cuento en enero. Hablaba de las islas Marquesas, en referencia al marquesado de Griñón que Tamara heredó de su padre, y se reía de ella, una niña que solo ha sido cariñosa y amorosa con él. Meterla en todo esto me parece caer muy bajo», dijo entonces la socialite. Ahora, esta nueva escritura en la que se encuentra inmerso el peruano podría ser un nuevo dardo envenenado hacia ‘la reina de corazones’, pero para eso habrá que esperar. Lo que está claro es que el Premio Nobel ya no piensa callarse más y más ahora que ha retomado la vida que un día dejó aparcada. Mientras tanto, se espera que Preysler hable de ello en el próximo e inminente evento en la capital para el que ha confirmado su asistencia.

Esta estampa llega justo después de un fin de semana familiar marcado por la boda de Josefina, nieta del escritor e hija de Gonzalo Vargas Llosa. La basílica de San Pedro del Cercado de Lima fue testigo de un nuevo reencuentro entre el Premio Nobel y su ex mujer, Patricia Llosa, que no se quiso perder este día tan especial. Según explicaban fuentes cercanas a la familia a El País, este acercamiento no conlleva la reanudación de la convivencia, pues el peruano incluso estaría viviendo en un hotel cerca de su antiguo hogar. Sin embargo, la última imagen de su hijo apunta a todo lo contrario.

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