Jesulín y sus noches junto a Campanario: "A mí me gusta dormir agarrado, pero a ella le da mucho coraje"
El torero le cuenta a Chenoa cómo pasa las noches en la cama junto a María José Campanario y se mete dentro de un famoso cuadro de Goya. ¡Momentazo!
Jesulín de Ubrique está desatado, al menos televisivamente hablando. Este viernes ha sido otra vez protagonista del programa de RTVE ‘Dos parejas y un destino’. En esta ocasión ha formado piña con Chenoa para viajar a Madrid. Lo han hecho junto a la otra pareja participante: Perico Delgado y La Terremoto de Alcorcón. Cada una de las dos debía sumergirse en las dos caras de la capital: la rural y la castiza. Ambas han degustado dos platos de cocido madrileño en sendas versiones: la clásica y la vanguardista, creada por el chef Paco Roncero. Además, han paseado por la Gran Vía y han recreado el famoso cuadro ‘La Vendimia’ de Francisco de Goya, el torero se ha sincerado de lo lindo con la cantante argentina.
Jesulín de Ubrique y Chenoa, simulando La Vendimia de Goya / RTVE
El marido de María José Campanario ha dado rienda suelta a su lado más romántico. Jesulín ha charlado con Chenoa sobre cómo son sus noches junto a la odontóloga. «En casa nosotros dormimos en una cama grande, mi mujer siempre dice mi espacio y tú tu espacio», algo que no le gusta nada al torero, que aboga por otra cosa: «Si ella no viene pues voy yo. A mí me gusta dormir agarrado, pero de vez en cuando a mí mujer le da mucho coraje», comentaba. Entonces, ha tenido que buscar una solución que satisfaga a los dos: «Hago así y pongo la mano encima de ella y digo sé que está aquí», dice con dulzura. En la anterior emisión del programa, Campanario apareció por sorpresa para deleite de su esposo y ambos se tiraron juntos en paracaídas mientras se decían «Te quiero». Han pasado muchos baches durante su matrimonio pero da la impresión de que ahora están más unidos que nunca.
Jesulín y Chenoa, compartiendo confidencias / RTVE
Otro momento muy anecdótico ha sido cuando el hijo de Humberto Janeiro le ha confesado a Chenoa que en alguna que otra ocasión le ha dicho a su mujer que ambas guardan un gran parecido, sobre todo cuando las dos llevaban la melena corta.
Jesulín de Ubrique, torero gracias a Rocío Jurado
El andaluz ha contado la historia de cómo se inició en la faena del toreo: «A torear empecé con 7 años y me retiré a los 7 y medio. A mí no me gustaba mucho jugar al deporte, en fútbol jugaba de portero. Mi padre era empresario y contrataba artistas para cantar. Contrató a El Fary, Manolo Escobar, Lolita, Rocío Jurado… yo iba con él pegando los carteles. ¿Sabes por qué fui torero? Para pagarle los honorarios a Rocío. En una de las últimas ferias que mi padre montó, el espectáculo gordo era Rocío Jurado y tenía un caché. A los cuatro o cinco días llamó el hombre del banco a mi padre para un tema de un préstamo. Me acuerdo que tapó un cartel y puso ‘se vende’ en el campo. Le pregunté a mi padre que si quería que fuese torero. Me preguntó que si yo era capaz y yo le dije que si no vendía el campo era torero. El primer dinero que yo gané fue para pagar en el banco el préstamo que se había pedido para pagar a Rocío Jurado. A partir de ahí empecé mi profesión».
Como suele suceder en la vida real, no es oro todo lo que reluce. Jesulín de Ubrique ha reconocido que sus inicios no fueron sencillos: «Tengo algunos vídeos del principio que se me ve hasta con ganas de vomitar». Esto, entre otras cosas, le llevó a hacer un parón en su carrera. Tenía 22 años y fue consciente de que debía hacer un impás: «Tuve que poner un punto y seguido, aunque era un punto y final para poner orden en mi vida», ha sentenciado.