Isabel Pantoja y Kiko Rivera, guerra entre madre e hijo y ataque de ansiedad
El enfrentamiento público que viven Isabel Pantoja y su hijo Kiko no parece que vaya a solucionarse, al menos, por ahora. La presión y la quema de una fotografía de Isabel en televisión, hizo perder los nervios a la artista y sufrir un ataque de ansiedad.
Nunca pensó que sus ojos lo verían, pero ocurrió. Isabel Pantoja vio atónita como quemaban una fotografía suya en televisión. Desconozco si fue en directo, pero si no fue así, alguien se lo mostró después. Si en su casa los ánimos estaban ya calientes y el disgusto con su hijo le preocupaba, ver como su rostro ardía públicamente en el programa ‘Sálvame’ la llevó a la desesperación según vio las imágenes. Debió pensar que con el rey Juan Carlos hicieron lo mismo y que, excepto unos pocos, todo el mundo estuvo en contra del gesto. Supongo que también recordaría que, al final, no pasó nada. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó hace dos años a España a indemnizar a los dos jóvenes catalanes que quemaron fotos del Rey tras una manifestación en Girona, a quienes la Audiencia Nacional había condenado anteriormente por un delito de injurias a la Corona.
Chelo García Cortés quemó una fotografía de Isabel Pantoja en directo en Sálvame / Telecinco
Pues no, no pasó nada, pero a ella sí le pasaba algo esa tarde-noche de este miércoles. Empezó a encontrarse mal. Muchos nervios, agitación, presión en el pecho y no parar de llorar. Podía ser un sincope o solo un ataque de ansiedad, pero según de podido saber, al sentirse tan mal recurrió a tomarse un tranquilizante. Pensaba que le daba algo. El cuerpo siempre avisa cuando no se puede más. La quema de su foto le indignó tanto que no sabía ni como reaccionar, amén de hablar con su abogada y demandar la cuestión.
Durante su paso por ‘Sábado Deluxe’, Kiko Rivera desveló algunos de los problemas que sufre en estos momentos, lo que provocó que su madre llamara al programa preocupada / Telecinco
Ha sido una semana negra para Isabel. Desde que entrara en directo para hablar con su hijo en la entrevista del pasado sábado en ‘Deluxe’, su vida de ahora le ha cambiado. Los problemas con su hija Isa han sido aireados desde que la joven se marchara de casa el día que cumplió 18 años, pero enfrentarse a Kiko es otra cosa. Parecía que la niña tenía la exclusiva de los problemas con su madre. Va a ser que no y, quizá, estos con él sean peores y le duelan más. Su hijo ha tirado por la calle de en medio. Kiko sorprendió a todos con unas declaraciones en las que, despachando rápido las infidelidades matrimoniales -a priori, asunto central de la entrevista- aseguraba estar pasando un muy mal momento, sentirse “triste” y “en el subsuelo”. Desmejorado y con aspecto descuidado, Kiko Rivera captó la atención en cuanto se puso a detallar su estado de ánimo. La llamada de Isabel, que dijo estar sorprendida y desconocer lo que su hijo decía estar sufriendo, además de consolarle y ofrecerle apoyo públicamente, se le volvió en contra. Decirle que frente a la pandemia que estamos pasando, lo suyo no era “importante” y que lo había criado muy bien para que estuviera así, no ayudó en absoluto, claro. Sonaba a reproche, pero magnificó la entrevista.
Este miércoles Isabel Pantoja llamó en directo a ‘El programa de Ana Rosa’ para contar «su verdad» tras la entrevista de su hijo y todo lo que se comentó después / Telecinco
Que el testimonio de Kiko era alarmante, no hay duda; sí creo que pudo haber exagerado con otros fines. Dejó a su madre fuera de juego y en evidencia. Pidió besos y abrazos, pero desde el día siguiente en que ella le llama para verse, parece que Kiko no está por la labor. “Ya te diré yo cuando nos vemos”, me dijo Pantoja que le contestó en una de sus llamadas. Su pequeño del alma, ya crecidito, tiene problemas, eso parece evidente, pero a los que sean, le ha sumado una guerra con su madre que no favorece a ninguno de los dos. No hay pastilla que arregle una crisis entre madre e hijo. Eso solo se soluciona acercando posturas, preocupándose por el otro y con amor del bueno, creo. Que Isabel adora a su hijo Kiko y viceversa, no lo dudo. Pero en contra de lo que siente Ícaro, el protagonista de la última novela de mi querido Máxim Huerta ‘Con el amor bastaba’, deliciosa historia editada por Planeta, hay veces que no, que el amor no es suficiente. Quizá Kiko se esté enterando ahora del ataque de ansiedad de su madre o quizá no. A lo que no puede ser ajeno es a la que se está liando; de eso sí es consciente. Por lo que sé el conflicto no nace el sábado pasado en ‘Deluxe’. El programa es solo su altavoz. Súbeme la radio… Presionar a su madre tiene un porqué. Él lo sabe.