Iker Casillas y Sara Carbonero vuelven a casa
¿Vuelven Sara Carbonero e Iker Casillas a Madrid para quedarse?
Han pasado cinco años de una de las decisiones más complicadas de Iker Casillas y Sara Carbonero, hacer las maletas para comenzar una nueva vida en el país vecino, Portugal, donde el de Móstoles había fichado como gran estrella del Oporto para guardar su portería. Este lunes, tras un lustro en la ciudad de Duero, el matrimonio se plantea volver a Madrid, la ciudad en la que se enamoraron, donde nacieron sus dos hijos y en la que dejaron tanto atrás. ¿El motivo? Iker quiere darle un giro a su carrera profesional y se va a presentar a las próximas elecciones de la presidencia de la Federación Española de Fútbol.
Un futuro muy emocionante, pero no solo porque con él podrá explorar otra cara del fútbol, sino porque de producirse Iker y Sara volverían a casa. Durante los primeros años de su relación, cuando todavía eran novios, vivieron en la casa que el madrileño tenía en la localidad de Boadilla del Monte, que al cabo de un tiempo, en 2014, decidieron abandonar para emprender un futuro juntos en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, La Finca, donde se compraron una casa que había pertenecido a la actriz Lydia Bosch por 2,5 millones de euros y que decoraron con cariño y mimo.
La pareja invirtió mucho tiempo y paciencia en las obras de su vivienda soñada para, poco después, anunciar que se marchaban a Oporto, por lo que apenas pudieron disfrutar de ella. Sin embargo, ahora bien podrían hacerlo. Se trata de una impresionante casa que nunca han cerrado, ya que siempre que volvían a Madrid pasaban unos días en ella y que ahora puede volver a convertirse en su hogar. Está dividida en cuatro plantas, cinco dormitorios, seis cuartos de baño, una amplia cocina, salón de juegos y cuarto de servicio. Todo ello distribuido en 750 metros cuadrados a los que habría que sumar la parte exterior, en la que se encuentra el jardín y la piscina, la zona favorita de la familia para los días de verano.
Pero en la capital no solo les espera su casa. Sara Carbonero tiene aquí prácticamente toda su vida. En Madrid no solo está su empresa de moda, Slowlife, sino que aquí viven sus mejores amigas, entre las que se encuentra la también periodista Isabel Jiménez, junto a quien fundó Slowlife y quien vive a apenas unos kilómetros de distancia de La Finca. Una amistad que ha logrado superar os más de 550 kilómetros que separan la capital española de la portuguesa gracias a los muchos viajes que Sara hace, de un tiempo a esta parte obligada por cuestiones de salud, y anteriormente para seguir trabajando y visitar a sus seres más queridos, sobre todo a sus padres, que viven a apenas una hora y media de distancia en coche, en la localidad toledana de Corral de Almaguer.
La situación de Iker Casillas es similar a la de su mujer. La familia del portero también vive cerca, a apenas media hora, en la localidad de Móstoles, en la que el guardameta se crio y a la que todavía sigue muy unido. Unos kilómetros que se han vuelto aún más insignificantes desde hace unos meses, cuando se reconcilió con sus padres.
Sara Carbonero e Iker Casillas por las calles de Oporto / Gtres
Su regreso a Madrid supondría un cambio de vida en este recién estrenado año que seguro tiene preparadas muchas más alegrías que el pasado 2019. Dejando Oporto atrás, también dejan los malos momentos que el 2019 les ha dado. Además, se queda la puerta abierta a un posible regreso de Sara a la actividad televisiva -ya que sigue trabajando como empresaria-, que decidió poner en pausa al pedir una excedencia tras el fichaje de su marido en el Oporto.
El gran cambio será para sus hijos ya que, si bien nacieron en Madrid, han pasado toda su vida en la ciudad portuguesa, sobre todo el mayor de los dos. El gran reto será para ellos pues tendrán que cambiar de colegio, de idioma y de rutina, algo que sin duda será mucho más fácil gracias a la cercanía de su familia.
Su vida en Oporto
El 11 de julio de 2015 es una fecha que está señalada en el calendario de Iker Casillas y Sara Carbonero. La familia hacía las maletas y abandonaba Madrid para instalarse en otro país, en otra ciudad. Una nueva vida comenzaba para ellos con el fichaje del mítico portero del Real Madrid por El Oporto. Por su parte, Sara Carbonero decidía acompañar a su pareja en esta nueva aventura profesional y pedir un compás de espera profesional con una excedencia temporal de su trabajo como periodista deportiva en Informativos Telecinco.
Sara Carbonero andado por las calles de Oporto/Gtres
La vida tenía prevista para ellos un plan mucho mejor. Durante los primeros años, Carbonero hablaba de Oporto como un verdadero nido de felicidad. La pareja podía pasear por las calles tranquilamente sin temor a los objetivos indiscretos y vivir con el calmado ritmo de las pequeñas urbes. La periodista estaba encantada y así lo hacía saber en una de las primeras entradas de su blog nada más apreciar las sensaciones portuguesas: «No hace falta estar mucho tiempo aquí para poder apreciar el aire bohemio de la ciudad, su incuestionable belleza decadente y su vivir despacio (slow life)».
Sara Carbonero vivió su segundo estado de gestación entre fados y allí, en Portugal, también decidieron orquestar la que sería su boda secreta. El 20 de marzo de 2016 contrajeron matrimonio en Boadilla del Monte, Madrid, en una ceremonia a la que solo asistieron los padres y el hijo de ambos.
Sin embargo, el año 2019 no se ha portado bien con ellos. El 1 de mayo, Iker Casillas consiguió que miles de personas contrajeron el aliento durante varios minutos. El portero sufrió un infarto de miocardio durante el entrenamiento del F.C. Porto. Pero ese no fue el único susto que les dio la vida. El 21 de mayo, Sara Carbonero anunciaba que padecía cáncer de ovario. Lo hacía a través de las redes sociales donde no quiso nombrar “esa dichosa palabra de seis letras”. La periodista pasó por quirófano para extirparle el tumor y comenzó con sus tratamientos de quimioterapia.
Tras esta decisión, Madrid les espera para quedarse con ellos.