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Por segunda semana consecutiva, las declaraciones de Julián Muñoz en No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad han levantado ciertas ampollas. El exalcalde de Marbella acusó a Fosky, el que fuera chófer de Isabel Pantoja, de haber contado todos los movimientos que hacía a la tonadillera. Algo que parece no haber gustado al peruano, que ha intervenido esta misma tarde en Viva la vida para contar su versión.
Para sorpresa de todos los colaboradores del programa de los fines de semana de Telecinco, Fosky irrumpía por medio de una videollamada en directo en un intento por desmontar el castillo de naipes que había estado construyendo Julián Muñoz durante sus últimos dos programas en la cadena. El exchófer no ha tenido reparo alguno en asegurar que Julián vivía completamente obsesionado por la cantante, hasta tal punto de haber intentado quitarse la vida cuando ella no iba a verle mientras estaba de permiso penitenciario: “Julián se quiso matar con pastillas porque Isabel no venía. Cuando él salió de la cárcel, era un cadáver. Tenía una depresión tremenda. Se empastilló y me lo encontré vomitando”, unas declaraciones que ha situado durante el segundo permiso del expolítico. Pero el testimonio de Fosky no ha quedado ahí y también ha dado más detalles sobre lo que vino después: “No se lo conté a nadie, solo a su hermana, que vinieron a verlo. Julián con Isabel era una persona obsesiva. Él ha amado de otra forma a Isabel. Creía que yo le controlaba, pero yo le cuidaba. Hay cosas que yo jamás he contado para no hacerles daño, como cuando Julián me mandó más de quince cartas hablando de Isabel. Las he quemado porque la destruirían. Siempre quise quitarle problemas y ayudarles en la medida que pude”, sentenciaba con total seguridad.
El exempleado de la madre de Kiko Rivera ha continuado confirmando la obsesión que podría haber tenido Muñoz con la que fuera su pareja, desvelando incluso las confesiones que éste le hizo en la más absoluta intimidad: “Una vez me dijo, Fosky si llego a tener una pistola ahora mismo, me mato, he hecho de todo por Isabel”. Por otro lado, Fosky también ha confesado que Pantoja quiso a Julián “a su manera”, aunque en ningún momento quiso echarle de su casa. El peruano ha puesto el punto de mira en su entorno, por quienes supuestamente Isabel habría estado influenciada al oponerse a que la artista siguiera vinculada “a un preso y a un delincuente”, obligándola a enviar un burofax en el que le obligaba a marcharse de su domicilio.
Pese a que tras la emisión de su docuserie Julián no ha querido tener mucho contacto con la prensa, desde La Razón han asegurado que, nada más escuchar el testimonio de Fosky, Julián ha querido desmentirlo rotundamente: “Jamás he intentado suicidarme, ese hombre miente. Nunca se me pasó por la cabeza quitarme la vida. Fosky miente, lo que dice es falso”, confirmaba, riéndose además de las palabras del exchófer y dejando claro que “pasa de él”.