Eurovisión, en sus horas más bajas: los antiguos representantes cargan contra el certamen

Ha llegado el día de Manel Navarro, ese en el que España se la juega en el Festival de Eurovisión, que este año se celebra en Kiev. Se trata de la 62ª edición del certamen y, aunque España ya parece haber perdido ese halo de entusiasmo y de magia por verse -si no ganadora- al menos en un buen puesto, LOOK se ha puesto en contacto con algunos antiguos representantes del certamen para analizar no solo el papel de nuestro representante actual -y la polémica que trajo consigo su nombramiento-, sino el nivel de calidad y exigencia en que se encuentra el festival más importante de Europa con respecto a nuestro país. Que la gala ‘Objetivo Eurovisión’ fue una «cagada», que el certamen en sí es un «hazmerreir» o que a Mirela, la gran rival de Manel, «se le hizo una putada» son algunas de la declaraciones que cantantes tan recordados como Massiel o Karina han hecho a este medio.

Alejandro Abad: «En  una noche no se puede elegir a nadie»

El cantautor y productor musical, Alejandro Abad, no duda en hablar con total sinceridad sobre la actualidad del festival: «El problema de España es que no nos lo tomamos muy en serio, no hay ninguna estrategia y no se tiene en cuenta lo que significa ir a Eurovisión. Me preocupa el método de elección de la canción que se hace ahora». El exconcursante de ‘GH VIP’ mantiene que ya no existe ese «mimo y conocimiento del mercado» que imperaba antes: «La audiencia se ha decepcionado hace tiempo, un espectáculo tan importante no se debe convertir en un circo, sino en una oportunidad para mostrar nuestra cultura. Este año, como muchos otros, no estamos en sintonía ni alineados».

El productor focaliza toda la importancia en la canción y no entiende cómo siempre se opta por el inglés, limitando nuestras posibilidades: «Es absurdo que nos queramos parecer a ellos. ¿Se ve a un italiano hablando inglés? Para ver cantar a uno en inglés, se opta por Inglaterra». De la comentada gala de ‘Objetivo Eurovisión’, de TVE, en la que se eligió a Manel Navarro, Alejandro tiene una idea muy clara: «En una noche no se puede elegir a alguien que nos represente y menos personas que no están cualificadas. ¡Una modelo y un cocinero entienden de música lo que yo de cocina! Yo llevo 35 años y sería incapaz de elegir a la ligera. Es un proceso largo que hay que tomárselo en serio. Fue una gran cagada esa gala». La decisión de decantarse por un cantante no debería ser baladí, tendría que existir un arduo trabajo de campo, según Abad: «Yo recuerdo cuando llevé a David Civera con ‘Dile que la quiero’. Aquello fue profesional y bien hecho. Cuando se elige al artista a base solo de un programa se corre el riesgo de que vaya, cante y le peguen la patada».

Antiguamente para asistir a Eurovisión se requería sangre, sudor y lágrimas. Existían unos filtros impenetrables que solo el bagaje conseguía derruir. Así lo afirma la legendaria cantante Karina, quien todavía recuerda como si fuera hoy cuando llegó su turno en 1971. «Antes tenías que tener una carrera detrás de ti para poder acceder a eso. Ahora es más fácil. La política de Europa ha cambiado para España. Ahora solo interesa ir a Eurovisión como trampolín para carreras sin pasado. En los años 60-70 sí le dábamos la importancia que debe al festival», ha asegurado Karina a LOOK.

Karina: «Eurovisión es un negocio»

A la jienense Manel Navarro le parece un chico «que canta bien y tiene buen directo», pero lo ve como un producto: «Ya no son personas las que van al certamen, sino productos de las casas de discos. Se ha perdido la gracia». En retrospectiva, la artista ve Eurovisión como un negocio que se organiza entre compadreo de jefes: «Ahora los que van a cantar salen de la nada y consiguen la gloria en dos horas de televisión. Se ha perdido el voto popular y es una pena tremenda».

Precisamente, el voto popular es lo que más enerva a Massiel, quien asegura a LOOK no ver el festival desde hace años: «Conozco a Mireia desde hace diez años y en ese gala de elección se le hizo una gran putada. Lo que no es justo es que elija al ganador un trabajador de la cadena SER (Xavi Martínez). Estoy indignada, fue tongo total. Al chaval (Manel Navarro) llevaban patrocinándolo un montón de tiempo y le pusieron zancadillas a Mireia». Se muestra desencantada al otro lado del teléfono: «Eurovisión es un hazmerreír, un ‘yo me lo guiso, yo me lo como’. No perdura ningún valor de antes».

A quien tampoco le hace gracia ni el certamen actual ni Manel Navarro es a la cantante Gisela, quien representó a Andorra en 2008: «No me gusta ese estilo de música para ir a Eurovisión. Es un espectáculo para cantar, no para quedarse a medio camino. Cuando escogieron a Manel ya me chirrió algo en él, solo chapurrea el inglés. Simplemente es un chaval que ha tenido suerte de estar en el lugar idóneo». Lo que es innegable es que el festival no pasa inadvertido para nadie.