La confesión más insólita de Najwa Nimri: "Tengo una 9mm, un rifle… y ya sé cómo quiero morir"
Najwa Nimri visitó 'La Revuelta' para presentar la segunda temporada de 'Respira'
Junto a David Broncano habló de sus problemas económicos y su peculiar colección de armas
Entre bromas y reflexiones serias, la actriz mezcló humor, sinceridad y crítica social sobre la lucha de clases

Najwa Nimri volvió a La Revuelta y el plató se volvió, otra vez, terreno pantanoso, brillante y difícil de clasificar: igual que su carrera. La actriz y cantante, de 53 años, aterrizó con la gravedad de quien sabe que su sola presencia ya es noticia, y con la naturalidad de quien, después de décadas entre películas inolvidables y series de éxito, puede permitirse respuestas que alternan la ironía con el desparpajo. En la entrevista con David Broncano presentó la segunda temporada de Respira y, sin cortapisas, habló de audiencias, de la mítica «berrea del ciervo», de dinero -o de su ausencia-, de armas, y hasta de cómo imagina su propio tránsito final hacia otra cosa.
Desde el primer minuto quedó claro que la química con Broncano sigue intacta: bromearon sobre atuendos, festivales y referencias pop -«una mezcla de Bola de Dragón, Juego de Tronos y Locomía», describió ella- y rememoraron juntos aquel día televisivo en que La Revuelta emitió, por aquello de la anécdota histórica, la berrea del ciervo cuando no pudieron entrevistar a Jorge Martín. «Mi hijo me preguntaba de qué me reía y yo le decía: tú no lo entiendes, pero esto es muy gracioso», contó Nimri, divertida por la memoria colectiva del programa.
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Pero la conversación no se quedó en guiños: Najwa entró en temas espinosos y personales con la misma franqueza con que interpreta a personajes extremos. Confesó problemas económicos: «He perdido todo el dinero, estoy a cero de verdad», dijo. Y, como suele ocurrir cuando habla sin filtros, soltó una lista que dejó a muchos boquiabiertos: «Tengo armas, una 9 milímetros parabellum, un subfusil, un rifle, granadas que no explotan y una navaja», añadió, matizando después que algunas piezas eran de utilería o no funcionaban. La anécdota del confinamiento, cuando la pararon los agentes mientras intentaba llegar al gimnasio y aquellos no la reconocieron pese a su fama en La casa de papel, fue la guinda de un momento entre surrealista y clarificador sobre lo cotidiano y lo extraordinario de la vida de una figura pública.
De lo terrenal saltaron a lo metafísico: Broncano y Najwa hablaron de la muerte como quien planea una última obra. Ella explicó que, cuando muera, desea que su cuerpo, o lo que quede de él, sea depositado «en conexión directa con todo lo que baja de las estrellas, como una pirámide», para que su alma «vaya directa al cielo y pase a ser información al vacío de una manera mágica». Esa imagen, mezcla de rito personal y pensamiento filosófico-pop, confirmó otra faceta de la actriz: la de alguien que piensa su vida pública y privada con la misma intensidad con la que aborda un personaje.

Najwa Nimri en ‘La Revuelta’. (Foto: RTVE)
En el trasfondo de la charla estuvo también la reivindicación: Najwa no rehúye la política social ni el tema de las desigualdades. Al hablar del «ascensor social» y de la lucha de clases manifestó una esperanza prudente y una visión contundente: la convicción de que quienes parten de la nada suelen tener más necesidad y empuje, y que eso acaba rompiendo estructuras. Además, la actriz promocionó Respira, que regresa a Netflix con su segunda temporada, con Najwa como uno de los ejes centrales de una trama que vuelve a poner en crisis la ética médica y la privatización sanitaria.