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El blog de Paloma García-Pelayo

La caja de Cantora, el incumplimiento de Pantoja y Hacienda

Isabel Pantoja vive uno de los momentos más difíciles de su vida, al menos en el plano familiar. El enfrentamiento público con su hijo Kiko le ha amargado el final de un año muy difícil. El próximo será decisivo: su madre, los problemas con sus hijos, la batalla legal con los Rivera Ordóñez y su deuda con Hacienda.

No, no ha sido un buen año para Isabel Pantoja, claro que los doce meses de este 2020 no fueron buenos para nadie. Tras la ruptura con su hijo Kiko a raíz de las declaraciones públicas en las que incluso cuestionaba seriamente su papel como madre, su hija Isa fue a verla la víspera de Nochebuena para darle un beso y su apoyo. Pero la joven encontró los muros de Cantora tan altos como en los peores tiempos, aquellos tras los que ella misma contó fue tan infeliz, con problemas de relación y trato con varios miembros de la familia. Isa no fue bien recibida, tuvo problemas para entrar y cuando finalmente pudo, la casa y la voz de su madre se le cayeron encima.

Isa Pantoja se reencontró con su madre tras su salida de ‘La casa fuerte 2’./Gtres

Ese mismo día la revista ‘Lecturas’ había publicado una entrevista exclusiva en la que la joven intentaba no tomar partido por ninguna de las partes en conflicto, su madre y su hermano; decía entender a ambos, pero también dio su opinión sobre aspectos que atañen a su madre que entiendo que la artista no encajó nada bien. Ha sido un año especialmente complicado y los problemas con sus hijos han terminado por desbordar a la cantante que lucha por mantener sus decisiones y seguir adelante, según me detallan, pese a que esto le cueste la relación tanto con Kiko como con la propia Isa, con quien, después de años de diferencias tras cumplir la joven su mayoría de edad parecía haber encontrado el punto de entendimiento que a las dos le hizo mucho bien. Al cisma familiar se suma la batalla que la cantante mantiene con Hacienda por una inspección que data de 2014 y de la que depende su futuro económico. Annus horribilis.

Isabel Pantoja en una imagen de archivo./Gtres

Este pasado verano se abrió la caja de Cantora. Fue en agosto, el día del cumpleaños de la artista, como su propio hijo narró en su entrevista de ‘Sábado Deluxe’ para asombro de la audiencia. Como en la mitológica de Pandora, Cantora guardaba una serie de secretos que han salido a la luz y ha complicado la existencia de la familia. La finca que Paquirri comprara en 1973, cuando comenzó a escribir su leyenda en las plazas, es también la caja de secretos y disputas entre madre e hijo: su gestión tras la herencia, sus costes y beneficios y, también, el paradero ilegal de los vestidos y otros enseres de toreo que el diestro legó a sus hermanos y a sus hijos mayores, Francisco y Cayetano. Pantoja, depositaria de esos bienes, tenía la obligación de entregarlos a sus propietarios, tal y como ella misma se comprometió al firmar el reparto de la herencia de su marido. Nunca lo hizo. Forzó la situación de tal manera que los Rivera Ordoñez tuvieron que reclamarlos judicialmente.

La falta de legitimidad pasiva a la hora de plantear la demanda -un error de forma que obligaba a demandar no solo a Pantoja si no a los abuelos y tíos Rivera y al propio Kiko- provocó la desestimación de los tribunales y dejó colgado el deseo y voluntad de Paquirri. Isabel Pantoja incumplió y sigue incumpliendo. Entiendo su dolor por el daño que su hijo le ha hecho públicamente, pero nunca entenderé cómo fue capaz de causar también tanto daño a los hijos mayores de su marido que cuando su padre murió tenían solo 7 y 10 años. Estoy segura, hasta donde sé, que Paco le hubiera liado una gorda a Maribel por no dar a sus hijos lo que él les dejó.

Isabel Pantoja en una imagen de archivo./Gtres

Kiko reclama sobre todo explicaciones y sí, se equivocó en las formas. Hablar mal de una madre en público no tiene un pase. Él asegura haberlo intentado en privado y no haber podido entender la postura de la artista. Luego se dejó seducir por las mieles de la tele. Lo contó todo y a su manera. Puro impulso. El Dj le planteó hace un tiempo vender la finca para pagar las deudas que pesan sobre el inmueble y resolver cada uno sus maltrechas economías. Según su testimonio, su madre se niega y a él le supera una negativa que, además, une a una serie de reproches sobre la gestión materna cuando él era menor. Pero la caja de Cantora se abrió definitivamente cuando este verano vio que en una habitación de la finca estaban las cosas de su padre, que sus hermanos reclaman desde niños y que ella había asegurado habían robado. Fue cuando Kiko se revolvió sin remedio. De aquellos barros estos lodos.

Kiko Rivera en una imagen de archivo./Gtres

La madre está convencida de que lo hizo bien, pese a que es obvio que sus razones no encajan y que a Kiko no le ha dado nunca detalles fundamentales sobre tal gestión, según él mismo ha declarado. Kiko siente, además, que no solo lo merece por ser la herencia de su padre sino porque cada vez que su madre ha necesitado su parte de la finca para garantizar hipotecas o préstamos siempre la ha puesto a su disposición. Actualmente, Cantora soporta unas cargas de 1,5 de euros, aproximadamente. De la hipoteca que solicitó la cantante en 2002, por importe de 2,7 millones de euros, y que Kiko avaló con su parte de la finca -47,60%-, quedan por pagar 1,2 millones de euros aproximadamente, según los datos consultados. Además, soporta un embargo de 338. 816 euros más intereses sobre el 52,40 % de Isabel Pantoja a favor de la Hacienda Pública, según mandamiento del equipo regional de recaudación de la agencia tributaria de Madrid, fechado en noviembre de 2018.

Por otra parte, la artista recurrió en 2014 varias actas de inspección correspondientes a los ejercicios 2009, 2010 y 2011 por un importe de 1.600.000 aproximadamente, que, teniendo en cuenta los intereses de demora a diciembre de 2020, superarían los 2,7 millones. Pantoja está muy pendiente de la resolución del recurso cuyo resultado es clave para afrontar el año próximo. Se juega mucho. Si el fallo es favorable, solo tendría que solucionar el aproximado 1,5 millones de euros mencionados que ya gravan Cantora. Sin embargo, si Hacienda falla en su contra, el varapalo sería considerable, pues la deuda superaría los 4 millones de euros. La última tasación conocida de Cantora asciende a 4´7 millones de euros. Adiós a la finca que Kiko heredó de su padre, cuyo usufructo conmutó Isabel por acciones de tal forma que es también legitima propietaria. Los primeros meses de 2021 serán clave para el futuro de la artista.

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