GENEROSIDAD A RAUDALES

Anne Igartiburu, el otro ‘ángel de la guarda’ de Ana Obregón

La presentador de Corazón TVE arropó y cedió todo el protagonismo a la reina de la noche y de la audiencia

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Era la noche más difícil para Ana Obregón, la actriz y presentadora reaparecía en Nochevieja para dar las campanadas y se reencontraba con los espectadores tras la triste muerte de su hijo Álex Lequio el pasado 13 de mayo, víctima de un cáncer contra el que luchó estoicamente durante más de dos años. Vestida de blanco, con los ojos vidriosos y comunicando como nunca sus emociones, la protagonista de ‘Ana y los siete’ transformaba así, como ella misma dijo su “dolor en amor” emocionando a los millones de telespectadores que se sentaron frente al televisor.

Ana Obregón

Ana Obregón consiguió su objetivo, «transformar el dolo en amor»/RTVE

Ana tenía un protector desde el cielo como explicaba a la audiencia. En la dedicatoria a su hijo, la bióloga miró al cielo y mando un mensaje de amor como a Álex le hubiera gustado: “Lo más importante en esta vida es dedicar tiempo y amor a las personas a las que quieres”, un mensaje que ha calado profundamente en todos los españoles. Sin embargo, el hijo de la presentadora no fue el único guardián protector de la noche para ella.

Vestida de Rojo con una sonrisa de oreja a oreja y con lágrimas de emoción en los ojos, el otro ángel de la guarda de Obregón se ocupó de que ella fuera la estrella que mas brillara de la noche. Sí, fue ella, Anne Igartiburu, maestra de ceremonias de Las Campanadas desde el año 2007, dejó hueco en su ‘casa’ de la Puerta del Sol para que ella, Ana y su corazón roto fueran los únicos protagonistas de la noche.

Anne Igartiburu, Ana Obregón

Anne Igartiburu fue el otro ángel de la guarda para Ana Obregón en su noche más complicada/RTVE

Toda una lección de generosidad la de la presentadora vasca que sabía que, a pesar de lo complicado de la velada, era la noche de su compañera. «Tengo mucha suerte. Ella es tenaz y capaz, pero sobre todo sensible y valiente. No podía tener otra mejor compañera para tomar de la mano esta Nochevieja que Ana Obregón. Siempre quise una mujer en el balcón esa noche, pero nunca imaginé que fuera de esta manera con Ana. Sonrisa eterna y fuerza interna», confesó en su momento.

Elegancia la de Igartiburu y no solo en la elección de su look. Acertadísimo con un diseño rojo de Lorenzo Caprile y joyas llenas de significado de la gemóloga Lisi Fracchia. Elegancia a la hora de saber estar, de ser un pilar para todos los telespectadores que tenían tanto en ella como en Ana Obregón, dos caras amigas y amables para recoger ese mensaje de esperanza y de calor en un año tan difícil para todo. Elegancia a la hora de ser un bastón para su compañera. No le importo cederle minutos para que Obregón lanzara su mensaje de ánimo a todos los luchadores, a todos los que tenían una silla vacía, a todos los que se han ido.

Anne Igartiburu

La presentadora vasca dio una lección de elegancia y saber estar, pendiente de su compañera en todo momento/RTVE

Y elegancia también a la hora de tenderle una mano a su compañera cuando la emoción la superó. Fueron varias las ocasiones en las que a Ana Obregón los ojos se le llenaron de lágrimas y, aunque compartiendo esa emoción, Anne Igartiburu supo estar en silencio, respetando ese momento que no requería de palabra alguna, para luego coger el testigo de su partener mientras esta se recomponía.

Dos mujeres profesionales, elegantes, sonrientes, naturales, cercanas, luchadoras, madres, que abordan el año nuevo con fuerza y así quisieron transmitirlo. Son humanas y a ellas también les ha golpeado la pandemia, de una u otra manera. Pero anoche cada una estuvo en su sitio, cumplió con su papel con creces. Era la noche de Ana Obregón, pero Anne Igartiburu también destacó, fue su otro ángel guardián y estuvo arropada en todos los sentidos. Por su hijo Álex desde el cielo, por su compañera y por el maravilloso vestido de Alejandro de Miguel.

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