OKDIARIO se adentra en las polémicas aguas del Sena y el resultado es muy sorprendente

OKDIARIO ha realizado la prueba del algodón en las polémicas aguas del Sena y el resultado ha sido sorprendentemente positivo. El líquido elemento fluye cristalino por el gran río de París en la semana que comenzarán los terceros Juegos Olímpicos en la historia de la capital francesa. Emulando el mítico baño de Manuel Fraga en Palomares, este periódico se ha acercado hasta las orillas de unas aguas blindadas por la policía a dos días de que arranquen los Juegos y ha comprobado que el proyecto olímpico ya ha cumplido con éxito su primera misión.

Y es que París 2024 señaló desde el principio al río Sena como uno de los ejes principales de su proyecto. No obstante, será el inédito escenario de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos que comenzará el próximo viernes a las 19.30 horas. Los cerca de 10.500 deportistas que disputarán los Juegos recorrerán seis kilómetros del Sena subidos a un centenar de embarcaciones hasta llegar a los pies de la Torre Eiffel, donde se encenderá el pebetero con la llama olímpica. Puro espectáculo sobre las aguas.

Pero es debajo de la superficie acuática donde aguardan los problemas que llevaron a los parisinos a darle la espalda a su río principal durante cien años. En 1923, las autoridades de la ciudad prohibieron el baño en el Sena por sus condiciones insalubres y ese veto se mantuvo vigente hasta que la actual candidatura olímpica se propuso derribarlo como uno de sus principales retos. El proceso no ha sido ni corto ni barato. Empezó en 2016 y se ha tragado más de 1.400 millones de inversión pública.

El objetivo a largo plazo es dejar un legado para los parisinos, que puedan recuperar por fin y en plenitud su principal vía fluvial, pero también en el inmediato, ya que el Sena acogerá un total de cinco competiciones olímpicas: las tres pruebas de triatlón (masculina, femenina y mixto) y las dos de natación en aguas abiertas (masculina y femenina).

Emulando a Manuel Fraga, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, cumplió la semana pasada con su promesa de bañarse en el Sena y demostrar a sus conciudadanos que, si no impolutas, al menos las aguas del río sí bajan salubres. Por si las moscas, el chapuzón fue muy breve y se lanzó al agua enfundada en un traje de neopreno que le cubría el cuerpo al completo. También se remojaron aquel día el presidente del comité organizados de los Juegos Olímpicos, Tony Estanguet, o el concejal de Deportes de París, Pierre Rabadan, quien no iba a ser menos que su jefa. Un baño que ahora se revela menos peligroso de lo que parecía en aquel momento.