Kiko Matamoros y Lydia Lozano sorprenden en el mercado para hacer su compra

Lydia Lozano y Kiko Matamoros se preparan para debutar en los fogones de ‘La última cena’, y antes de presentarle sus menús a los exigentes jueces que los valorarán, los chefs Begoña Rodrigo y Sergi Arola, han estado preparado todos los requisitos con los que deben contar para conseguir un buen resultado. Así se han presentado en el mercado para comprar todos los productos que necesitan sorprendiendo a todos.

El menú lo han establecido Sergio y Begoña para asegurarse de que contaría con algunas dificultades para los colaboradores de Tele5. De primero una crema de ajoblanco perfecta para este tiempo, acompañada de una “ensalada cuqui” idea de Lydia. El segundo plato cumple los deseos de Kiko y se trata de una lubina que tendrá limpiar antes de cocinar, y por último un postre que tendrá que sorprender a los chefs porque es sorpresa.

¿Creéis que Kiko Matamoros y Lydia Lozano van a comprar todos los ingredientes para su cena de mañana en ‘La última cena’?

🔄Ny de fly
️Seguro que si pic.twitter.com/eiyar70LSw

— Sálvame Oficial (@salvameoficial) May 21, 2020

Y para este menú, los “cocineros” han tenido que pasar por la frutería, donde han tenido algún que otro problemilla para ponerse de acuerdo e incluso para que los fruteros entendieran qué querían. Las cantidades en los productos han sido uno de los inconvenientes que los colaboradores han experimentado, pero la compra no ha sido nada fácil para ellos que tenían que entenderse y comunicar al personal de cada sección que querían exactamente. Para lo que Lydia además utilizaba un tono de voz un tanto alto, tal vez como efecto secundario de la mascarilla, pero que no ayudaba mucho en la situación.

Ya en la pescadería, los ojos de Lydia llamaban la atención del pescadero, que la piropeó justo después de prepararle la lubina que habían conseguido, y por lo que Lozano pedía un plus en su calificación final. Kiko Matamoros insistía en quitarle mérito al haber conseguido la compra por sí solos y advertía al pescadero de las consecuencias del halago “verás Charly”, le decía.

Esperemos que su experiencia en la cocina sea más sencilla que en el mercado y que el resultado asombre a los jueces tanto como ha sorprendido su compra.