En Génova ya dan por hecha la abstención del PSOE

En Génova ya dan por hecha la abstención del PSOE. Los populares y los socialistas cercanos a Pedro Sánchez mantienen una postura en común: tiene que haber pronto investidura y, por consiguiente, un Gobierno estable. La explicación es sencilla. Tanto unos como otros ya se han dado cuenta de que el tiempo corre a favor de Mariano Rajoy. Tarde o temprano, el PSOE va a tener que decidirse por tomar una postura y dejar a un lado los tres ‘noes’ de Sánchez: «no a la investidura de Rajoy, no a unas terceras elecciones y no a intentarlo con Podemos y las fuerzas independentistas». Esta postura de inmovilismo se tiene que romper, a lo más tardar, la próxima semana tras haber movido ficha Ciudadanos.

Los de Albert Rivera ya han dado su brazo a torcer y de la abstención han pasado al ‘sí’ en la investidura del candidato propuesto por el Rey, envolviendo el caramelo en seis exigencias entre las que destaca la comisión de investigación en sede parlamentaria sobre el ‘caso Bárcenas’ y la financiación irregular del PP. Tras esto, la pelota vuelve al tejado de los socialistas. Los más listos y cercanos al líder del PSOE entran en razón señalando a este medio que «nos vendría bien que todo fuera cuanto antes».

La explicación reside en que cuanto antes pase el coste electoral que supone mover ficha a Sánchez, antes se podrá recuperar de la caída y preparar su candidatura para revalidar la Secretaría General del partido. Algo que, a estas alturas y con el desgaste sufrido tras dos elecciones, ven imposible que suceda. Sin embargo, los populares añaden que «el reloj corre a nuestro favor y algunos socialistas comienzan a darse cuenta». Las grandes figuras del partido ya han alzado la voz en favor de un diálogo interno en busca de la abstención.

El gran error de Sánchez

«Todo se complicó en la manera de plantear la estrategia [en el último Comité Federal] para luego dar el giro a la abstención», añaden fuentes del PSOE a OKDIARIO. Los socialistas analizan y encuentran el gran error del inmovilismo en el ‘no’. Ese ‘no’ repetido tantas veces ha costado muy caro en Ferraz y en especial a su secretario general. Algunos ya lo asemejan al ‘no’ a la OTAN del ex presidente Felipe González, precisamente uno de los valedores del cambio de postura hacia la investidura de Rajoy. El giro hacia el ‘sí’ restó credibilidad y empuje al entonces líder socialista. Un ejemplo que ya se expuso a puerta cerrada en el último Comité Federal y el rédito que costaría ese ‘giro’.

Muchos socialistas expresaron su preocupación sin ser escuchados por la dirección y sin sacar nada en claro, señalan ahora. «El paso intermedio nos lo comimos porque no se discutió», explican en clara referencia a que salieron con un ‘no’ a Rajoy sin contemplar la opción del ‘sí’ de Ciudadanos ni de condicionar la investidura a otras medidas importantes para los socialistas como negociar el techo de gasto o los Presupuestos Generales del Estado de 2017. «El PSOE debe de estar en esa negociación», explicó esta semana un líder territorial a este diario.

Sánchez no ve salida ahora y se enroca en su inmovilismo. Todo el partido es preso de su silencio y en estos momentos, el portavoz parlamentario en el Senado, Óscar López, es la voz acreditada para estos días y para mantenerlo en coma con declaraciones provenientes del mermado grupo que sujeta al líder socialista en su ‘no’. «¿Así, hasta cuándo?», se preguntan algunos dentro de la formación. Es aquí donde coinciden de nuevo y casualmente Génova y los barones socialistas. A finales de este mes vuelve a tocar celebrar un Comité Federal, donde los presidentes territoriales alzarán la mano pidiendo sumarse a una abstención.

Algunos hablan de «abstención pactada» con el PP; otros sólo votan por abstenerse para regenerarse desde la oposición, con claras vistas a tener Gobierno y celebrar el Congreso que perpetúe o quite la silla a Sánchez. Todo puede pasar y el líder socialista, de momento, sigue imitando la ‘calma mariana’ de Rajoy para medir muy bien sus pasos.

Lo cierto es que en el PSOE se están cansando hasta los más cercanos a Sánchez que piden ya romper el voto de silencio con un diálogo interno. Pase lo que pase, y con 85 diputados, la figura de Sánchez ya venía desgastada y esto no es ni mucho menos  el detonante del «malestar general» en el partido, sostienen fuentes socialistas, que añaden «pero sí es la gota que ha colmado el vaso». El partido tiene que fijar una postura en las próximas semanas.