Palo de Aldi que nadie esperaba: va a cobrar por la entrada de sus clientes en estas tiendas
Aldi ha decidido comenzar a cobrar por la entrada a sus tiendas. ¿Dónde?¿Va a pasar en España?
¿Te imaginas ir a comprar al supermercado pero que para entrar a este tuvieras que pagar? Para nosotros, ir a este tipo de establecimientos es algo rutinario que hacemos a diario o cada semana. Entrar, recorrer los pasillos, llenar el carro y pagar en caja son algo que hacemos casi sin pensar. Por ello no concebimos que tuviéramos que pagar o que se llegue a cobrar por la entrada, algo que sin embargo ya ocurre en algunas tiendas Aldi.
Los tiempos cambian y aunque todavía vamos, y mucho, al supermercado, es más que evidente que las compras online, también para este tipo de tiendas, ha crecido exponencialmente, por lo que Aldi ha lanzado una prueba en Reino Unido, en la que plantea un modelo de tienda en el que no hay empleados. De este modo, cuando se acude a este nuevo concepto de tienda de Aldi, lo primero que encontramos es que nos van a cobrar por la entrada. Algo que ha comenzado a verse en el Reino Unido y ya nos preguntamos si es probable que llegue a España en algún momento. Una novedad que ya está dando mucho que hablar por lo que vamos a desgranar a continuación, qué ha llevado a Aldi a tomar esta medida tan controvertida de cobrar por entrada, y qué implicaciones puede tener para el futuro de nuestras compras cotidianas.
Aldi comienza a cobrar entrada en sus nuevas tiendas
La primera clave para entender lo que está ocurriendo con Aldi está en el concepto Shop&Go. Se trata de un nuevo modelo de tienda y que supone una iniciativa pionera que la cadena ha empezado a probar en un único establecimiento, situado en el barrio de Greenwich, en Londres. Este supermercado, a diferencia de los tradicionales, no tiene cajas registradoras ni personal en tienda. Todo el proceso está automatizado mediante tecnología de inteligencia artificial y cámaras de reconocimiento. El cliente entra, coge lo que necesita y sale sin pasar por caja.
Esta experiencia de compra sin fricciones promete rapidez, comodidad y un entorno más eficiente. Pero también plantea nuevos desafíos: ¿cómo evitar que se cometan hurtos? ¿Cómo controlar lo que se lleva cada cliente sin vigilancia humana directa? Aquí es donde entra en juego la famosa tarifa de entrada. Para acceder a la tienda, hay que identificarse con una tarjeta bancaria, lo que implica autorizar un cobro de 10 libras (unos 12 euros). Esa cantidad no se pierde, sino que funciona como una especie de fianza que se devuelve automáticamente si no se adquiere nada o se descuenta del total si se realiza una compra.
Entonces, ¿se cobra realmente por entrada?
Aunque pueda parecer escandaloso, Aldi no está cobrando realmente por entrar a su tienda. No es una tarifa definitiva, sino un sistema de garantía que busca reducir el riesgo de pérdidas. En realidad, estamos ante una fórmula parecida a la que ya utilizan algunos servicios de movilidad o alojamiento: una retención temporal de dinero para asegurar un uso correcto del servicio. En este caso, se trata de evitar robos en un entorno completamente automatizado, donde no hay ojos humanos vigilando.
De hecho, si el cliente entra, curiosea y se va sin comprar nada, la fianza le será devuelta íntegramente. Si compra algo, se le descontarán esas 10 libras del total. Sólo si se intenta manipular el sistema, falsear la información o cometer un hurto, el importe quedará retenido. Es una medida de control, sí, pero también un primer paso para probar si un supermercado sin empleados puede ser realmente viable en el día a día.