Provocación del defensa culé

La vergonzosa celebración de Íñigo Martínez: alzó la Supercopa frente a la grada de la afición del Madrid

El central del Barcelona fue uno de los protagonistas en la celebración culé tras ganar la Supercopa de España

Íñigo perdió la cabeza cuando la plantilla azulgrana daba una vuelta por todo el estadio King Abdullah Sports City

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Íñigo Martínez
La polémica celebración de Íñigo Martínez al ganar el Barcelona la Supercopa de España.

Iñigo Martínez no sabe ganar. La actitud que mostró el defensa culé al proclamarse el Barcelona campeón de la Supercopa de España dejó bastante que desear. Y es que el ex jugador del Athletic fue uno de los protagonistas en la celebración azulgrana una vez finalizado el Clásico donde los hombres de Hansi Flick golearon al Real Madrid por 5-2 en la final que se disputó en Arabia Saudí.

En un vídeo que circula en las redes sociales, se puede apreciar cómo el central del Barcelona pierde la cabeza cuando la plantilla azulgrana daba una vuelta por todo el estadio King Abdullah Sports City. Y es que Íñigo, cuando se percató que estaban pasando cerca de uno de los fondos donde se encontraba ubicada la afición del Real Madrid, decidió coger el trofeo de la Supercopa y salir corriendo hacia dicha zona ante la sorpresa de todos los presentes.

Mientras el internacional español se dirigía enloquecido hacia dicho graderío ubicado detrás de una de las porterías, primero se señaló una de sus orejas para después provocar a los hinchas madridistas presentes en el estadio al levantar el trofeo frente a ellos. Esta lamentable acción de Íñigo únicamente demuestra una clara falta de respeto y educación por parte del jugador, algo que no representa para nada los ‘valors’ de los que presume tener el Barcelona.

Íñigo, que apenas pudo jugar solo la primera media hora del partido al sufrir una lesión muscular por la que estará de baja más de un mes, celebró como nadie cada uno de los goles que anotaba el Barcelona desde el banquillo. De hecho, en el quinto tanto se levantó y sacó la mano a pasear fijándose en el sector donde había más aficionados del Real Madrid.

Del mismo modo, el central vasco protestó cada acción como si no hubiera un mañana, lo que le llevó a recibir una tarjeta amarilla por salir del banquillo y protestar airadamente una decisión del árbitro Gil Manzano.

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