Fede Valverde no se toca. El Real Madrid no escuchará ofertas por el uruguayo, ya que le considera una pieza fundamental para el futuro del club. El mediocentro sigue creciendo y está temporada es uno de los jugadores que está utilizando dentro de las pocas rotaciones que hace el técnico italiano. De hecho, comenzó la temporada como titular, supliendo a un Kroos que tardó en superar una pubalgia, y su rendimiento fue más que notable, demostrando que en estos momentos es el futbolista más preparado para recoger el testigo de la CMK. Por ello, la entidad madridista no se plantea escuchar ninguna propuesta por un futbolista que renovó el año pasado.
Valverde es presente, pero sobre todo es futuro. En el Real Madrid están seguros de que en la figura de El Pajarito está el heredero de Toni Kroos, aunque su fútbol tiene unas características más acordes al fútbol moderno. No tiene el toque del alemán, pero si un despliegue dentro del campo al alcance de muy pocos futbolistas. Un box to box que aporta calidad y físico a cualquier medular y que la entidad madridista no está por la labor de dejar salir.
Fede tiene muchos pretendientes, pero el Real Madrid tiene esa ventanilla totalmente cerrada. El pasado verano renovó hasta 2027 y con una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros, lo que espanta a cualquier club que quiera tratar de ficharle. Y es que, en el club blanco la fe en el charrúa es enorme. Valverde y Camavinga están llamados a ser el futuro del centro del campo del conjunto blanco. PSG, Liverpool o Bayern, entre otros, no le pierden de vista, pero es imposible que la entidad madridista le deje salir.
Con los pies en el suelo
Valverde es puro sacrificio. Lo ha demostrado desde que llegó a Valdebebas con 18 años recién cumplidos para dominar en el Castilla. Luego, sufrió y aprendió en una cesión en el Deportivo de La Coruña, para regresar al Real Madrid y asentarse en el primer equipo blanco. Lopetegui le dio la ficha, aunque la oportunidad se la otorgó Solari. Después llegó Zidane y empezó a ganar minutos. Con el francés siempre ha sido importante, al igual que con Ancelotti hasta el día del Camp Nou. Un esguince de rodilla le apartó de la dinámica del equipo, aunque una vez está demostrando que puede ser capital en esta plantilla.
Para Ancelotti es algo más que el jugador número ‘12’. Salvo raras excepciones, siempre es su primera opción cuando hay que hacer cambios, pero el italiano confía mucho en su potencial. De hecho, ha encadenado tres titularidades seguidas, partiendo de inicio ante el PSG, donde su despliegue físico fue extraordinario, y frente al Barcelona, donde consiguió no ser de los grandes señalados.