Es bastante complicado encontrar un fichaje del Real Madrid que no sea criticado por la opinión pública antes de demostrar su nivel vestido de blanco sobre el césped. Históricamente ha sido así. Pepe, Cristiano, Bale, Vinicius o Rodrygo, todos ellos campeones de Europa una o más veces con la entidad madridista, lo han tenido que sufrir. Por lo tanto, Aurélien Tchouaméni no iba a ser menos. Los 80 millones que pagó este verano el club presidido por Florentino Pérez al Mónaco han sido cuestionados hasta que el galo ha empezado a dar rienda suelta a su calidad sobre el césped. En ese momento, los críticos no han tenido más remedio que asumir la realidad, mientras que por Valdebebas empiezan a ver esta inversión como un verdadero chollo.
Tchouaméni ha tardado menos de un mes en demostrar que el Real Madrid ha encontrado un centrocampista de futuro, pero también de presente. A sus 22 años pocos jugadores hay en el panorama futbolístico actual tan dominador. Es capaz de gestionar el partido a su gusto con un poderío físico superlativo y una calidad que está impresionando casi tanto como su envergadura. Juega y hace jugar a sus compañeros. Y lo que es más importante, cada partido que pasa sube un poco el listón.
Si en su debut como titular ante el Almería se le vio un poco perdido, frente al Celta se empezó a sentir mucho más cómodo. Una semana después, contra el Espanyol dio una lección de posicionamiento y una asistencia de crack a Vinicius que sirvió para abrir el marcador. Y en su puesta de largo en el Santiago Bernabéu con el Betis como contrincante dio una auténtica exhibición, dejando una tarjeta de presentación frente a su afición muy positiva.
El Bernabéu ya le conoce
El francés hizo un encuentro casi perfecto en su estreno en casa, al que sólo le faltó el gol. Y eso que lo rozó con un cabezazo en la primera mitad a la salida de un córner que obligó a Rui Silva a realizar la que es hasta el momento una de las paradas de lo que va de Liga. Ahí demostró Tchouaméni que es mucho más que defensa, pero su 10/10 en duelos en los primeros 45′ confirma que dentro de sus múltiples virtudes, la de salir triunfador en el choque sigue partiendo como destacada. Además, robó siete balones, ganó 16 duelos –mejores números desde 2014 en la Liga–, despejó una pelota y dejó una sensación de que está en todos los lados.
Ofensivamente, sus números también fueron muy buenos. Tocó 91 balones, completó un regate y gozó de una ocasión de gol. Ese cabezazo que paró Rui Silva. Y lo mejor es que a sus 22 años todavía tiene mucho margen de crecimiento. Si ya es capaz de dominar en la medular, con el paso de los años está llamado a convertirse en un jugador superlativo que el Real Madrid ha fichado por 80 millones de euros y que, si nada se tuerce, terminará siendo un chollo.