Sorloth tuvo que ver la segunda amarilla por celebrar el 2-2 invadiendo la grada
El nórdico se lanzó contra el público y no fue amonestado
Sigue en directo el duelo entre el Atlético y el Real Madrid
Alexander Sorloth no debió haber terminado la primera parte del derbi madrileño ante el Real Madrid. El delantero del Atlético de Madrid, con el reglamento en la mano, tuvo que haber visto tarjeta amarilla en la celebración del 2-2 en la que se lanzó hacia el público del Metropolitano abrazándose con la afición rojiblanca. Las normas no permiten ese tipo de celebraciones sin que sean sancionadas con una amonestación.
Al nórdico, que le habían caído pitos por fallar varias ocasiones claras, le perdonó Alberola Rojas una expulsión clara porque era su segunda amarilla. La primera la recibió por una entrada fuera de control con los tacos por delante que impactó en el cuerpo de Thibaut Courtois. Sorloth tenía que haber sido mucho más prudente en su celebración a tenor del reglamento.
Y es que las Reglas del Juego 2023-24, publicadas por IFAB (dependiente de la FIFA), establecen que los jugadores no pueden extralimitarse en la celebración de un gol: «Incluso si el gol se anulara, se deberá amonestar al jugador… que trepe a las vallas perimetrales o se acerque a los espectadores generando problemas de seguridad».
Además, el reglamento equipara este tipo de celebración que hizo el delantero del Atlético de Madrid en el derbi con «quitarse la camiseta», «actuar de forma provocadora o exaltada» o «cubrirse la cabeza o la cara con una máscara o artículos similares». Sorloth, fruto de la euforia, perdió los papeles y su celebración con el público podría haberle costado muy caro al conjunto de Simeone.
Por suerte para los rojiblancos Alberola Rojas consideró que no fue una celebración que cumpliese los parámetros para ser sancionada con tarjeta amarilla. El colegiado manchego, minutos antes, también se comió una entrada criminal de Nico González sobre Carvajal donde el jugador rojiblanco pone la plancha a la altura del peroné para derribar al defensa blanco.