El Real Madrid vuelve a casa una semana después. Y lo hace con mala cara y antes de tiempo. Los blancos decidieron hacer las maletas tras perder la semifinal de la Supercopa de España ante el Athletic en La Rosaleda y poner rumbo a Madrid esa misma noche. Después de una tarde con varias reuniones y llena de incertidumbre, ya que el club no sabía si en caso de ganar lo mejor era regresar a una capital de España nevada o, por el contrario, desplazarse en la mañana del viernes hasta Sevilla, donde tendrían que haber preparado una final que ya no jugarán, finalmente se habían decantado por la segunda opción: seguir en Andalucía.
El Real Madrid no fue capaz de superar al Athletic y se ha visto obligado a volar a casa, donde no han podido estar desde el pasado viernes, cuando cogieron un avión que les llevó a Pamplona para jugar ante Osasuna un partido de Liga. Eso provocó un tremendo enfado por las presiones para desplazarse a pesar de que tuvieron que estar en una de las pistas de despegue de aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez más de cuatro horas.
Eso fue el viernes. El sábado el Real Madrid jugó consciente de que iba a ser imposible regresar a la capital tras el encuentro, donde había caído la mayor nevada de los últimos 50 años. El domingo tampoco pudieron volar y, finalmente, fue el lunes cuando despegaron, aunque decidieron ir a Málaga, donde han estado concentrados hasta que han jugado el duelo ante el Athletic. Esta mini concentración se ha llevado a cabo en el hotel Miramar y los madridistas han estado entrenando en el estadio Ciudad de Málaga.
La duda del Real Madrid es cómo se moverán en la capital de España, donde la situación tras la gran nevada sigue siendo complicada. No obstante, los campos de Valdebebas ya están limpios y Zidane espera que a partir del sábado puedan comenzar a preparar con la mayor normalidad posible el duelo ante el Alcoyano de Copa del Rey.