El Real Madrid se curó de la mundialitis y esquivó, aunque fuera in extremis, un susto mundial y una crisis que por momentos sobrevoló el Bernabéu. El equipo de Ancelotti volvió a jugar con el freno de mano echado y el Cádiz estuvo a puntito de rascar un punto del estadio madridista. Lo evitaron con sus goles Militao y Kroos. Lucas Pérez acortó distancias al final y Madrid acabó sufriendo y pidiendo la hora.
Era el último partido antes del Mundial y algunos jugadores del Real Madrid llevan dos semanas de cuerpo presente, con la cabeza en Qatar y lo sabes, que dice el meme de Julio Iglesias. Ancelotti levanta la ceja y lo niega con la boca pequeña. Pero también lo sabe porque Carletto sabe más por viejo que por Carletto. Un punto de los últimos seis frente a rivales asequibles como Girona y Rayo prueban la desconexión de un equipo que parecía invencible justo hasta el último parón de selecciones hace mes y medio. Ahora no. Ahora el Madrid tiene más costuras que la chupa de un motero.
Encima el Barcelona ha hecho de la necesidad virtud y se ha repuesto del ridículo de la Champions a puro huevo. Así que el Real Madrid arrancaba el último partido de Liga a cinco puntos de los azulgrana y con la amenaza de una larga crisis si tonteaba ante el Cádiz. Ancelotti se dejó de historias y salió con (casi) todo. Jugaba Courtois flanqueado por la defensa titular menos Carvajal, uno de esos jugadores tan propensos al mal fario y a las lesiones que se había ganado el descanso previo a la lista de Luis Enrique.
Le suplía Lucas Vázquez para formar zaga junto a Militao, Alaba y Mendy, estos dos últimos, por cierto, no estarán en Qatar. Por delante Tchouaméni, Kroos y Modric. Arriba el entonado Asensio iba al banquillo y se mantenía en el once Rodrygo para acompañar a Vinicius y a Fede Valverde, muy desdibujados los tres en Vallecas.
Media hora faltaba para las diez de la noche cuando echó a rodar el balón por el maltrecho césped del Bernabéu. Y menos de un minuto tardó Iván Alejo en marcarle la línea a Vinicius con un entradón en forma de advertencia. El Cádiz salió con un planteamiento osado: defensa adelantada, presión alta y sin complejos. Un disparo lejanísimo y virulento del Pacha Espino fue el primer aviso visitante a la portería de Courtois. El Real Madrid, lento y sin brío, no terminaba de cogerle el hilo al partido y estaba más incómodo que Pedro Sánchez en el polígrafo.
Pasea el Madrid
Sólo Vinicius trataba de agitar a la defensa del Cádiz con alguna diagonal marca de la casa. Fuegos artificiales. En el Real Madrid sus mundialistas volvían a jugar caminando como un prejubilado en chándal un domingo por la mañana. Ancelotti mascaba chicle por fuera pero por dentro fumaba en pipa. Su equipo no había probado siquiera una vez al irregular portero Ledesma, capaz de ser Casillas y Pavarotti en el mismo partido.
En el 28 Fali le pegó un puñetazo a Rodrygo y el colegiado y el VAR se hicieron los suecos. Vinicius se enfadó con el central del Cádiz, se encaró con él y al final ambos se llevaron la amarilla aunque Fali se libró de la roja. El partido se había enredado porque el Cádiz había conseguido su objetivo: sacar a Vinicius del partido. Al Madrid se le había ido media hora en la guerra de guerrillas de la que salía malparado en el marcador y en las amarillas. Los de Sergio se salían con la suya.
En el 40 y cuando más difícil se le había puesto el partido marcó el Real Madrid. La puso Kroos medida al área y por allí, sin nadie que estuviera ni cerca, apareció Militao para conectar un cabezazo picado ante el que nada pudo hacer Ledesma. Era el minuto 40 y el Real Madrid traducía un partido que se le había puesto en chino mandarín. Eso y un par de escaramuzas más y nos fuimos al descanso.
Del que regresamos con un escenario similar de partido: dominio del Real Madrid y repliegue del Cádiz. Iván Alejo seguía acumulando méritos para ver la amarilla que le liberaba de la jornada de Nochevieja pero Soto Grado no se la mostraba. En el 52 Courtois sacó un mano a mano milagroso ante Rubén Sobrino, que ya cantaba el 1-1. En la contra la tuvo Fede Valverde pero Iza sacó en el área pequeña el disparo que olía a 2-0. Nada, que el vértigo se apoderaba del Bernabéu.
Kroos sentencia
De vez en cuando remontaba Mendy la banda izquierda y cuando la ponía, uno entendía por qué no ha ido al Mundial con Francia. Dominaba el Real Madrid sin pisar el acelerador y así llegó también segundo. Lo marcó Kroos con una espectacular volea desde fuera del área. Contribuyó Ledesma, que se tragó el disparo del alemán por reaccionar tarde.
En el 76 sí que estuvo bien el meta del Cádiz en una mano abajo al disparo de Vinicius. Dos minutos después Modric falló el gol más claro de su carrera, un gol que habría metido no ya un niño de cinco años sino el mismísimo Higuaín. Un gol para devolver el Balón de Oro. A puerta vacía la echó fuera y el Bernabéu reaccionó con una ovación cerrada. El fallo de Modric lo penalizó el Cádiz con el 2-1 en el 80. Fue una acción en la que a Courtois se le escapó un remate fácil, luego rechazó el de Negredo a bocajarro y el tercer rechace, con la defensa dormida, lo aprovechó Lucas Pérez.
El Real Madrid supo sufrir en los minutos postreros, incluida una ocasión clamorosa de cabeza fallada por Espino, y aguantar una victoria por la mínima que le evita una crisis que podría haberse alargado durante las próximas seis semanas. Ahora, el Mundial. Pero esa ya será otra historia.