El Real Madrid blinda a Mario Rivas
El sevillano renueva hasta 2029 y tiene una cláusula de 50 'kilos'
Será clave para el Castilla de Arbeloa
Fue el relevo de Raúl Asencio
El Real Madrid ata a uno de sus centrales más prometedores. Mario Rivas (18 años, 2007), zaguero del Castilla, ha ampliado su contrato con la entidad de Chamartín hasta 2029, con cláusula de 50 millones de euros. Irrumpió con tan sólo 17 años, pero la presión no fue un problema para él. El defensa sevillano ha superado todas las expectativas puestas en él. Llegó al filial para cubrir el ascenso de Raúl Asencio y, desde entonces, no se volvió a ir.
Mario Rivas, que cumplió la mayoría de edad en marzo, ha sido una de las grandes revelaciones del curso 2024-25. Estaba inscrito con el Juvenil A de Arbeloa, pero apenas pisó el vestuario del ex lateral. Sólo en la Youth League. Mario empezó la temporada alternando filiales. Empezó con el Real Madrid C y luego saltó con el Castilla. Allí, el adolescente impresionó, hasta tal punto que Carlo Ancelotti contó con él en tres convocatorias.
Con apenas 17 años, Mario se asentó en la zaga del filial madridista. No le temblaron las piernas en ningún momento. Con la plaga de lesiones que sufría Raúl González Blanco y la salida de Asencio al primer equipo, la ‘última’ bala era Mario Rivas. Pues, el andaluz aprobó, y con mención de honor, la temporada. Titular en 30 ocasiones con el Castilla, el zaguero se asentó como el gran líder de la defensa. Riguroso, constante. Lo tiene todo.
Mario Rivas será clave para Arbeloa
Mario destaca por su velocidad y polivalencia en la defensa, además de poseer un excelente manejo de balón y una gran capacidad para anticiparse a las jugadas. No duda en asumir responsabilidades dentro del campo, mostrando liderazgo y compromiso cada vez que el equipo lo necesita. Aunque su estatura, de 1,83 metros, no lo convierte en el zaguero más alto, su talento y madurez no tienen techo.
A sus 18 años, Mario Rivas ya acumula cerca de 2.700 minutos en Primera Federación, una cifra que refleja su temprana madurez y conocimiento de la categoría. Esta experiencia será fundamental para Álvaro Arbeloa, que contará con un central joven, ambicioso y perfectamente adaptado al exigente ritmo de la competición. Ahora, con la llegada de nuevos compañeros, Mario está llamado a dar un paso adelante y ejercer un liderazgo más visible; si bien en ocasiones se ha mostrado reservado junto a los mayores, su papel dentro del vestuario evoluciona y, paradójicamente, ya será considerado un «veterano» pese a su juventud.
Su hoja de ruta
El viaje de Mario Rivas hasta aterrizar en Valdebebas fue un tanto atípico. Nacido en Sevilla, dio sus primeros pasos en el fútbol en el Betera, un club de la Comunidad Valenciana donde se formó entre 2013 y 2016. Posteriormente, subió a la capital, aunque su destino inicial no fue el Real Madrid, sino el Getafe. Allí, durante cinco temporadas, continuó su desarrollo en las categorías inferiores del cuadro azulón. No fue hasta 2021 cuando Valdebebas se interesó por él, y Mario no dudó en aprovechar la oportunidad que siempre había soñado.
Desde su llegada, Rivas inició su andadura en el Cadete B, pero su evolución ha sido meteórica. El pasado curso defendió la camiseta del Juvenil C, aunque su excelente rendimiento le permitió escalar rápidamente, primero al Juvenil A y después a las selecciones inferiores de la Selección Española. En septiembre de 2023, recibió su primera convocatoria con la selección sub-17, disputando 136 minutos en tres encuentros y demostrando una madurez impropia de su edad.
A pesar de ello, el Real Madrid optó por mantenerlo en el Juvenil C para que siguiera asentándose. Pero todo cambió el 27 de enero de 2024, cuando, con solo 16 años, fue llamado a jugar en la Tercera Federación. Bajo la tutela de Pau Quesada en el Real Madrid C, Mario debutó en una contundente victoria por 6-0 ante Las Rozas, sumando sus primeros minutos en el fútbol semiprofesional.
Desde entonces, Rivas no ha dejado de sumar. Vestuario que pisa, vestuario que queda impresionado con sus aptitudes. Tiene carácter y ganas. Su sueño, como el de todos los niños de La Fábrica, pisar el césped del Santiago Bernabéu. En Valdebebas lo tienen claro: «Hay central para rato».