Bellingham sí, pero no a cualquier precio
En el Real Madrid empiezan a ver con cierto escepticismo, si no con pesimismo, el fichaje de Jude Bellingham. Su explosión en el Mundial va a provocar una enorme inflación de su precio, que el Borussia tenía tasado en torno a los 120 millones, por la irrupción de los grandes trasatlánticos de la Premier, locos por él, especialmente los todopoderosos Liverpool y Manchester United.
Jude Bellingham se está convirtiendo en la gran sensación del Mundial de Qatar. Más allá de los tres tenores consagrados –Messi, Neymar y Mbappé–, el joven crack de Inglaterra está completando un campeonato que ha dejado boquiabierto al mundo del fútbol. Y ha disparado su cotización y su valor de mercado, en el entorno de las tres cifras antes del Campeonato del Mundo, y que podría terminarlo más cerca de los 150 kilos.
En el Real Madrid tienen a Bellingham en el radar desde hace tiempo, pero el club blanco tiene muy claro que hay cifras a las que no puede llegar y que no pondrá en peligro la viabilidad económica ni la estabilidad del club «ni por Bellingham ni por nadie». Florentino Pérez nunca se ha arrugado en competir con los grandes trasatlánticos europeos por los fichajes de los mejores jugadores del mundo, pero también sabe que muchas veces una retirada a tiempo es una victoria.
El músculo de la Premier
Si el Liverpool o el Manchester United deciden saltar la banca, poner encima de la mesa más de 150 millones por Bellingham y el jugador acaba seducido por la idea de volver a Inglaterra a disputar la mejor competición nacional del mundo que es la Premier, el Real Madrid no irá a la puja. Al contrario. Buscará otra alternativa en el mercado porque, y eso el club blanco lo sabe bien, muchas veces el plan B resulta mejor que el plan A.
A favor del Real Madrid está no sólo la leyenda del club de las 14 Copas de Europa (y quién sabe si 15 en junio), sino también su gran relación con el Borussia Dortmund, el club propietario del futbolista que asume que tendrá que traspasarlo este verano. En su contra, lo dicho, el poderío económico de la Premier, la competición que está llevándose a los mejores futbolistas (y entrenadores) en los últimos años.
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