La tensión de un Real Madrid – Atlético, como la de cualquier derbi o Clásico, es altísima. La rivalidad existente entre ambos equipos, los dos grandes de la ciudad, eleva la disputa de cada balón a un acto de vida o muerte. Se espera un partido disputado, de máxima exigencia, de continuo choque, de músculo, fuerza e intensidad. Se espera lo que viene siendo en la última década un partido entre blancos y rojiblancos, sobre todo desde la llegada de Diego Simeone al banquillo colchonero, un auténtico show.
A este derbi se le suma una condición que puede cambiar drásticamente el transcurso del partido y que será una fuente inagotable de temas, piques, gritos y alguna que otra palabra que no ha de ser subtitulado en las horas y horas de pospartido que seguro darán Real Madrid y Atlético de Madrid tras este sábado noche. Sin público, sin la posibilidad de que asistan espectadores, y con el condicionante de la remodelación del Santiago Bernabéu y la disputa del partido en el Alfredo di Stéfano, en este derbi se escuchará absolutamente todo.
Llegamos a este partido con un precedente delicado. El vivido en el PSG – Basaksehir por el comentario racista del cuarto árbitro, el rumano Ovidiu Hategan, sobre entrenador asistente del conjunto turco, Pierre Webó, que entró en cólera cuando escuchó tal afirmación, así como Demba Ba, el primero en abandonar el terreno de juego ante el episodio de racismo vivido y que obligó a suspender el encuentro hasta el día siguiente. «¿Por qué dice negro?», se preguntaba Webó, ex futbolista de Mallorca, Osasuna o Leganés, entre otros.
De aquel episodio se escuchó todo, absolutamente todo. Cada palabra, cada cruce, cada grito, hasta las conversaciones de los árbitros. Es lo mismo que puede pasar en el derbi madrileño, que cada jugada y pique entre blancos y rojiblancos sea oído como si estuviera en el salón de casa de cada aficionado que tiene encendido el televisor. Que cada indicación de Simeone o Zidane sea atendida y puesta en práctica por cada hincha que tenga sintonizada su dial preferida.
El sonido ambiente, un arma de doble filo
El sonido ambiente será un arma de doble filo para Madrid y Atleti. En partidos tan calientes como los que suelen jugar estos equipos, con la suma de lo que se juegan ambos conjuntos pese a no haber llegado aún al ecuador de la temporada, dotará de mayor tensión a cada acción del partido. Los jugadores, acostumbrados a una vida entera de sonido ensordecedor en cada derbi, tendrán que intentar medir todas y cada una de las palabras que pronuncien, cada indicación, crítica o insulto. Ya no es suficiente taparse la boca cada vez que hablas con éste u otro. El derbi del sonido ambiente está a punto de comenzar y el Real Madrid está condenado a sacar los tres puntos para no perder el tren de la Liga.