Kylian Mbappé siguió el plan y este lunes abordó un avión rumbo a Qatar, donde el Real Madrid jugará este miércoles a las 18:00 hora peninsular española contra el Pachuca en la final de la Copa Intercontinental. El segundo título de los siete al que aspiran los blancos en un curso tremendamente complicado y exigente, pero que también puede ser histórico.
Mbappé ha reducido el tiempo de recuperación tras lesionarse contra la Atalanta el pasado martes en el minuto 37 del partido. En un principio, el francés iba a estar 10 días apartado de los terrenos de juego, pero tal y como pasó en el mes de septiembre, cuando también se hizo daño en un encuentro contra el Alavés disputado en el estadio Santiago Bernabéu y, cuando parecía que podía estar varias semanas en la enfermería, sólo se perdió el derbi frente al Atlético de Madrid que se celebró en el Metropolitano, ha acortado notablemente los plazos para poder entrar en la convocatoria para la final de la Copa Intercontinental. No obstante, esto no quiere decir ni mucho menos que vaya a jugar.
Se ha descartado por completo que Mbappé sea titular en la final contra el Pachuca. El francés sólo hizo una pequeña parte del entrenamiento junto al grupo este lunes en Valdebebas, lo que confirma dos cosas. Ha acortado plazos y puede viajar, pero al mismo tiempo todavía no está ni mucho menos al cien por cien, por lo que comenzará el encuentro en el banquillo. «Quizá pueda tener algún minuto, pero hasta el martes no sabremos nada con seguridad», aseguran desde el vestuario del Real Madrid.
En Lusail Mbappé tocó el cielo y el infierno
Así que toda la atención estará en Mbappé durante el entrenamiento previo que los jugadores de Ancelotti realizarán en el estadio de Lusail, un campo que el francés conoce bien, pues allí anotó tres goles en una final del Mundial que luego perdió ante Argentina. Si las sensaciones son buenas, ganará enteros para poder disputar algún minuto en su segunda final como madridista. En la primera, en la Supercopa de Europa que se celebró en Varsovia el 14 de agosto, marcó un gol en su debut como futbolista del Real Madrid.
Justo dos años después de aquel 18 de diciembre de 2022, Mbappé regresa a Lusail, donde vivió una de sus noches más mágicas, pero al mismo tiempo más amargas, como jugador de fútbol. Kylian hizo tres goles en aquella final del Mundial que enfrentó a Francia y Argentina, pero la copa voló a Buenos Aires. No obstante, nadie puede negar la exhibición de un jugador que, posiblemente, aquella noche alcanzó su culmen como jugador de fútbol. Es difícil hacerlo mejor.
Mbappé empezó a levantar a un Francia hundida que se marchó al descanso perdiendo 2-0 en el vestuario. Asumió galones para dar una charla que reactivó a los de Deschamps. Aunque realmente el que se reactivó fue el madridista. En dos minutos, el 80 y 81, Kylian marcó dos goles para igualar la final y llevarla a tiempo extra, donde nuevamente fue crucial, empatando otra vez el partido en el minuto 118. En la tanda de penaltis tampoco falló, pero Coman y Tchouaméni sí.
Mbappé marcó tres goles y superó en tres penaltis al Dibu Martínez, el parapenaltis de aquella cita. En un momento donde encadena dos penas máximas seguidas fallando con el Real Madrid, se debe recordar esa noche qatarí. Luego, Kylian volvió al PSG y desapareció la sonrisa. Año y medio en París donde nunca llegó a ser feliz. Ahora, emprende una nueva aventura en el Bernabéu, el club con el que soñaba de niño, con el reto de volver a repetir noches como aquella de Lusail.
