Llega este sábado al Santiago Bernabéu uno de los equipos más sólidos y competitivos de lo va de temporada, el Sevilla. El cuadro de Julen Lopetegui llega en un buen estado de forma, con las ideas del ex técnico blanco en ebullición y con su posición intacta de candidato al título, a cinco puntos de los dos titanes: Barça y Madrid. Zinedine Zidane les espera en casa… sin su columna vertebral.
Salvo sorpresa, Zinedine Zidane no podrá contar para este partido ni con Sergio Ramos, Fede Valverde, Eden Hazard, ni Karim Benzema, figuras importantísimas en el ADN blanco este curso: solidez, físico, creatividad y gol. Son sus pilares, los líderes o grandes destacados de este curso, sin ellos el equipo se resiente, pierde enteros, tiene fugas y se hace más visceral, más frágil. Aunque, el técnico francés ya ha mostrado tener recursos suficientes para solventar contratiempos como pudo quedar patente en la pasada Supercopa de España.
El capitán tiene que frenar. Un salto con Álvaro Morata le dejó resentido del tobillo. Que lograra acabar el partido e incluso lanzar la pena máxima tiene su lectura positiva y negativa: no es una dolencia grave pero sí lo suficiente para tener que parar al sevillano. Este jueves combinó trabajo en el gimnasio y sobre el césped en solitario y su presencia aún es una incógnita. Sin Ramos el equipo pierde carácter, pierda a su voz y su jerarquía; aunque Militao y Varane ya han demostrado en alguna ocasión su sintonía. El brasileño ha ido de menos a más y está en una clara línea ascendente.
La expulsión de Fede Valverde que condujo a los blancos al título en Yeda ante el Atlético de Madrid conllevó a perder al uruguayo para esta cita. El centrocampista solo se perderá un partido por sanción que cumplirá ante los nervionenses. Zidane pierde con él a uno de sus pulmones, quizá el jugador más en forma de su plantilla, al menos el más motivado y el que más crédito lleva ganado este curso. Se ha convertido en imprescindible para el francés, aunque se hueco tiene relevos de garantías con un dosificado Modric y un renacido Isco.
La de Hazard no es nueva, es una baja a la que ya se ha amoldado el técnico francés. Zidane ha sabido llevar la ausencia del belga como ha podido, a sabiendas que deja de tener a un as como es el extremo por su creatividad, desborde y decisión de cara al gol. Las intermitencias de Bale, Vinicius y Rodrygo han tapado, a medias, su ausencia. Además el técnico también tiene la duda de Benzema, que hizo parte de la sesión con el equipo pero aún sigue con su proceso de recuperación.
