El fútbol regresó al Santiago Bernabéu 560 días después con el estadio inmerso en una reforma y todas las dificultades que esto implica. Muchas cosas han cambiado desde aquel 1 de marzo de 2020 en el que el Real Madrid ganó al Barcelona el Clásico con goles de Vinicius y Mariano. Accesos cerrados, nuevas torres y las incomodidades que provoca cualquier reforma son las principales novedades que se han encontrado los aficionados. Ni los autobuses de los equipos paran donde lo hacían hace año y medio.
A pesar de las dificultades habituales que provoca cualquier reforma, todos los aficionados pudieron ocupar sus asientos sin ningún tipo de inconveniente. Desde primera hora de la tarde los aledaños del Santiago Bernabéu recuperaron el ambiente de fútbol y a medida que se acercaba la hora del encuentro los miles de seguidores madridistas entraron al estadio gracias a la perfecta organización que el club llevó a cabo.
Aunque con los cambios que nos ha obligado a asumir esta pandemia, el Bernabéu recuperó su pulso. Aquel 1 de marzo de 2020, cuando la pandemia era un problema de otros y España no iba a tener más allá de algún caso diagnosticado, palabra de Fernando Simón, se vieron en los aledaños del Bernabéu alguna mascarilla a la que el aficionado castizo miraba con asombro. La mayoría de asiáticos que no se quisieron perder aquel Clásico.
Un año y seis meses después no sólo es obligatorio estar dentro del estadio con la nariz y la boca tapada, sino que no se puede ni comer ni beber, salvo agua. Eso también es una novedad para los aficionados madridista. Una obligación que este país, de momento, prefiere mantener, ya que en otras grandes ligas, como la Premier, la mascarilla ya es cosa del pasado y la normalidad es total.