Champions League

El Madrid, contento tras el sorteo de Champions: «Nos vienen mejor los grandes»

Una vez más, el Real Madrid tiene un camino más que complicado hacia la Champions. El conjunto madridista ha quedado emparejado, por tercera temporada consecutiva, con el Chelsea y, además, en una teórica semifinal se vería las caras con el vencedor del Manchester City–Bayern de Múnich. Dos piedras más que complicadas, algo a lo que ya están acostumbrados en el Bernabéu, donde no tienen una eliminatoria sencilla desde octavos de 2017. La plantilla se ha habituado a la máxima exigencia en Europa, por lo que no consideran como un severo problema el cruzarse con los cocos que quedan vivos en la competición, de hecho, creen que les viene mejor medirse a los que son, junto a ellos, los principales favoritos.

En Valdebebas la noticia era esperada. Sabían que había muchas probabilidades de quedar emparejados contra dos de los máximos favoritos en, al menos, una de las eliminatorias. Y así ha sido. Si consiguen superar los cuartos, pase quien pase en la otra eliminatoria, será una final anticipada. A pesar de ello, sí que habría gustado un cruce más sencillo en semis y más tras ver como el equipo de Guardiola ha quedado emparejado con el gigante alemán.

El conjunto madridista sabe a la perfección lo que es llevarse la máxima competición después de medirse a los mejores del continente. Le sucedió en prácticamente las tres últimas que ganó, puesto que se han cruzado con Bayern, City, PSG, Liverpool, Chelsea, Juve o Atlético, jugando en más de una ocasión contra varios de ellos. Por ello, consideran que les «viene mejor» enfrentarse a un grande que tener un pequeño respiro.

En las últimas temporadas han demostrado que cuando tienen delante a los mejores se crecen, mientras que cuando tienen el favoritismo absoluto para clasificarse suelen llevarse un susto. Ya pasó en 2019 contra el Ajax o en los últimos años ante Gladbach o Sheriff en fase de grupos.

No se fían del Chelsea

El Real Madrid ha quedado encuadrado en el sorteo en el lado más difícil del cuadro. Después de superar al vigente finalista, el Liverpool, en los octavos, cae en cuartos el mismo rival que el pasado año, que además es el último campeón de Europa distinto al conjunto blanco. No llegan en un gran momento, pero en el equipo no se fían de un Chelsea que se ha gastado más de 300 millones de euros en fichajes en el último mercado invernal.

La plantilla dirigida por Graham Potter es incapaz de remontar por el momento el vuelo en Premier League, donde son décimos a once puntos de los puestos de acceso a la Liga de Campeones. Por ello, su única oportunidad para estar el curso que viene en ella es ganarla este año. Ante el Dortmund ya mandaron un aviso al darle la vuelta al 1-0 de la ida, lo que hace que en Valdebebas nadie se fie de un conjunto blue que, pese a su estado de forma, sigue siendo más que peligroso.

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