Lucas Vázquez se ha convertido en mucho más que un jugador de equipo en este tiempo. El gallego siempre ha sido un futbolista comprometido. De esos que un entrenador quiere tener cerca. El ejemplo perfecto de lo que tiene que ser el futbolista número 12 que suma dentro de cualquier plantilla. Por todo esto Zidane nunca ha dudado de que quiere tenerle en su equipo. Da igual que juegue más o menos, cuando le necesitan está y eso es una bendición para cualquier técnico.
El gallego es una bendición. Esta temporada lo está demostrando. Le costó debutar en el presente curso. De hecho, se perdió los tres primeros partidos de Liga. El debut por problemas musculares, mientras que después por decisión técnica. Jugó unos minutos ante el Levante en el Ciudad de Valencia y fue titular ante el Cádiz, aunque Zidane le sentó en el descanso. Con el equipo muy tocado llegó el Clásico, donde Nacho fue lateral derecho ya que tanto Carvajal como Odriozola estaban lesionados, pero el de Alcalá se lesionó antes del intermedio y Zizou apostó por Lucas, que nunca más iba a salir del equipo.
Ante el Barcelona brilló y se asentó en el lateral derecho. Durante cuatro partidos consecutivos Lucas fue el defensa diestro del equipo y su rendimiento fue más que notable. En este tiempo jugó partidos tan importantes como el que midió a los blancos en Champions frente al Borussia Mönchengladbach y ante el Inter de Milán. Luego regresó Carvajal y lo normal es que el de Curtis regresase al banquillo. Él lo hubiese entendido y aceptado, pero Zidane decidió que no, que tenía que seguir. Por ello, adelantó su posición y continuó jugando en el extremo derecho.
Carvajal se volvió a lesionar y Lucas volvió al lateral diestro. Desde ese momento, ha ido alterando diferentes posiciones en el flanco diestro del equipo, pero donde nunca ha regresado es al banquillo. Ha encadenado 14 titularidades y visto lo visto parece complicado que en estos momentos alguien le quite la etiqueta de fijo en el once de Zidane. Una categoría que se ha ganado a pulso.
Con peso en el vestuario
Pero Lucas no sólo ha crecido dentro del campo de fútbol en este tiempo, también ha ganado más peso dentro del vestuario. El gallego es un ejemplo para todos sus compañeros. Su esfuerzo y constancia le convierten en un jugador muy respetado, lo que le permite hablar de uno de los jugadores que llevan la voz cantante dentro de la caseta cuando las cosas no van como se espera.
Así fue tras el encuentro frente al Shakhtar Donetsk en la fase de grupos de la Champions. Los blancos cayeron derrotados y su futuro en la máxima competición continental se complicaba. Las críticas caían sobre Zidane y fue en ese momento cuando Sergio Ramos, como capitán, y Lucas reunieron a sus compañeros y decidieron que había que sacar la temporada adelante. El gallego es una voz autorizada dentro de la plantilla, mantiene una gran amistad con el camero y cuenta con la confianza de un Zidane que siempre ha dejado muy claro al club que quiere seguir contando con él.
Se lo ha ganado
El Real Madrid tiene ahora en sus manos la opción de ampliarle un contrato que acaba en 2021. El club hace no tanto no era partidario de renovarle, pero visto sus actuaciones y lo mucho que Zidane confía en él en estos momentos ya trabajan para ampliar su vinculación en el equipo blanco. Lucas está en el pack de renovaciones junto a Modric y Sergio Ramos. En la entidad blanca hay confianza en que los tres sigan vistiendo de blanco.
Al mismo tiempo, Lucas sigue soñando con volver a la selección española. Estuve en el pensamiento de Luis Enrique en la última convocatoria, aunque finalmente no estuvo entre los elegidos. No obstante, si mantiene el nivel mostrado hasta la fecha tiene muchas opciones de ser llamado por el asturiano para la lista que ofrecerá en marzo, la última antes de que se conozcan a los 23 elegidos que defenderán a España en la Eurocopa.