El Real Madrid llega en cuadro a la Supercopa de España después de un día de Reyes en el que recibieron dos regalos envenenados en forma de lesión. Gareth Bale y Karim Benzema no viajan con el equipo a Arabia Saudí por sus respectivas dolencias de última y hora y todas las miradas del ataque madridista apuntan ahora a Luka Jovic, la gran inversión de la directiva en el pasado verano, que contará con una oportunidad inmejorable de demostrar sus cualidades.
Las ausencias de Karim Benzema y Gareth Bale, que se suman a la de Eden Hazard, dejan a Jovic prácticamente como un fijo en el once de Zidane de cara a medirse al Valencia, toda vez que las alternativas al serbio –una doble punta Rodrygo-Vinicius o la presencia de Mariano– no parecen demasiado sostenibles atendiendo a lo mostrado por Zidane en los meses previos.
Jovic ha disputado 15 encuentros en lo que va de temporada –12 de Liga y 3 de Champions– una cifra razonable que sin embargo esconde la que para muchos es la infrautilización de uno de los jugadores con más gol de la plantilla. En los mencionados partidos, Luka sólo acumula 432 minutos, el grueso de ellos repartidos en los cuatro partidos en los que partió como titular y en los que, por cierto, no pudo ver puerta.
Como suplente, el internacional serbio no se ha destapado como una alternativa de peso, aunque en ninguno de los choques en los que entró desde el banquillo contó con más de 22 minutos de juego por parte de Zinedine Zidane. En uno de ellos, frente al Leganés, consiguió el que hasta el momento es su único gol oficial con la camiseta del Real Madrid.
Poderoso en el choque y con un remate devastador, Jovic será la esperanza de gol del Real Madrid en la Supercopa de España. Parece poco probable que Zidane, que siempre ha instado al ariete balcánico a esperar su oportunidad, no le reserve un puesto en el once a un jugador que debe demostrar el talento que llevó al Madrid a pagar 60 millones el pasado mes de junio por sus servicios. La hora de Luka Jovic ha llegado.