Mbappé da la ‘jeta’
Mbappé esquivó la emboscada del Getafe y dio al Real Madrid la victoria en la batalla del Coliseum
Bordalás planteó un partido duro y su equipo acabó con nueve
El tobillo de Mbappé sobrevive a un campo de minas
Mbappé esquivó la emboscada y dio al Real Madrid la victoria en la batalla del Coliseum. Porque Bordalás no había planteado un partido sino una guerra. Lo sabía Xabi Alonso, que metió un equipo con soldados fuertes para afrontar un duelo de desgaste. El partido se lo cargó Nyom, que se autoexpulsó al minuto de salir, y lo resolvió Kylian con un gol, el décimo en lo que va de Liga, marca de la casa.
Xabi Alonso es indescifrable. Es más fácil acertar la combinación de la Primitiva que una alineación del entrenador del Real Madrid. Tenía bajas, claro. Sin laterales diestros (Carvajal y Trent) ni dos de sus centrales preferidos (Huijsen y Rüdiger), el técnico tolosarra se plantaba en Getafe con la necesidad de ganar con una defensa inédita tras los angustiosos triunfos de sus dos perseguidores, Barcelona y Atlético.
Estaba cantado que Fede Valverde sería el lateral derecho y que Bellingham volvería al once, pero nadie esperaba que el reemplazo de Huijsen en el centro de la defensa fuera Alaba y que Camavinga hiciera las veces del también lesionado Ceballos. Por no hablar de que Xabi Alonso también dio descanso a Güler y Vinicius, que venían de jugar con sus selecciones, y dio entrada a Mastantuono y Rodrygo. Una revolución impensable en los viejos tiempos de Ancelotti pero que en el Real Madrid actual comienza a ser rutinaria.
Entre bajas y cambios el once del Real Madrid que saltaba al Coliseum para medirse al Getafe era el formado por Courtois; Valverde, Militao, Alaba, Carreras; Tchouaméni, Camavinga; Mastantuono, Bellingham, Rodrygo y Mbappé. Diez extranjeros y un seleccionable (Carreras) que no va a la selección. Todavía.
Enfrente el Getafe de Bordalás, equipo rocoso, feo y efectivo. Equipo con barba y malos modales. Equipo competitivo de narices. Si el Real Madrid no salía con la intensidad suficiente al Coliseum, lo iba a pasar muy mal. Quizá por eso los de Xabi Alonso salieron con el cuchillo entre los dientes. Eso sí, no era tan largos como los del Getafe, que a cuchillos no le gana ni la provincia entera de Albacete. Sufrían los blancos las emboscadas locales. Les duraba el balón lo mismo que una chistorra en Ferraz.
Avisa Mbappé
El primer aviso del Real Madrid lo dio Mbappé a los siete minutos tras una buena asistencia de Rodrygo. Al francés se le quedó la pelota algo atrás y su disparo centrado lo rechazó con mano firme David Soria. Repitió ocasión Kylian dos minutos después pero el punto de mira de su disparo seguía desviado. Se volvió a salvar el Getafe pero los visitantes no iban a avisar muchas más veces.
Presionaba bien el Madrid, que tenía ciertos problemas en la salida del balón. El doble pivote que Ancelotti bautizó como Tchouameninga (Tchouaméni-Camavinga) tenía menos imaginación que el guionista de Titanic. Bellingham trataba de dar una mano echándose unos metros atrás. No era suficiente para llenar el vacío de Ceballos. Habría partido mientras le duraba el fuelle al Getafe o mientras Mbappé no pillara alguna pelota suelta.
El Getafe trató de sacar ventaja del otro fútbol con algún fingimiento que otro en el área del Real Madrid. No coló porque los de Bordalás son mejores futbolistas que actores. Los de Xabi Alonso fueron inclinando el juego, con más pausa que prisa, hacia el área de Soria. Pero volvía a ser un equipo con más balas que pistolas. Perdonó Mastantuono a la media hora en una jugada en la que se fue liando en el área y acabó sin tirar.
Tchouaméni probó suerte desde la M-40 en el minuto 36. Su disparo se fue por arriba. Respondió Sancris con una volea desde fuera del área que lamió por fuera el palo izquierdo de Courtois. El partido, ya me perdonarán, no valía un pimiento. Entre las faltas del Getafe y las dificultades del Real Madrid para generar algo parecido al fútbol, el balón estaba a punto de pedir daños y perjuicios.
El primer tiempo acabó con tres ocasiones para el Real Madrid: un tiro de Rodrygo al muñeco en el 41 tras una jugada coral del equipo de Xabi Alonso culminada con una asistencia de Bellingham, una falta directa botada por Alaba y desviada por Soria y un remate postrero de Fede Valverde que abortó bajo palos Djené. Y así nos fuimos al descanso con un 0-0 insípido y previsible.
Revulsivo Vinicius
En el entreacto Raúl Asencio suplió a un tocado Alaba que ya no está para estos trotes. Al Real Madrid le quedaban 45 minutos para arreglar el desaguisado de la primera mitad y llevarse los tres puntos del Coliseum porque uno sabía a muy poco. Domingos Duarte le metió una coz a Bellingham así para marcar territorio. Lo propio hizo Djené con Mastantuono.
Ofuscábase el Real Madrid que pedía a gritos la presencia de Vinicius. Que llegó en el 55 cuando su entrenador le reclamó para que supliera a Mastantuono. Cuando el brasileño se hubo puesto la camiseta con el 7 a la espalda saltó al césped del Coliseum. Rodrygo se trasladaba a la derecha. En el partido no pasaba nada. En el 63 entró Güler por un Camavinga que se había vaciado en lo físico pero había sido intrascendente en el juego.
En el 65 la tuvo Mbappé en una transición rápida que comandó Bellingham. Corrió el francés pero su remate al palo corto se marchó fuera. Apretó el Real Madrid y se encogió exhausto el Getafe. Probó suerte Kylian en una falta directa que desvió fuera (sin querer) Militao. Diez minutos después Nyom, que apenas llevaba un minuto en el campo, vio una roja directa merecidísima por darle un sopapo a Vinicius con la pelota en el otro extremo del campo.
Un minuto después Mbappé (por fin) vacunó al Getafe. Le adivinó emboscado entre azulones su amigo y asistente Güler. Kylian esquivó el fuera de juego, se giró y fusiló a David Soria, que llegó a tocar la pelota pero no impidió el 0-1. Por fin el Real Madrid se ponía por delante en el Coliseum justo cuando el partido empezaba a pintar bastos.
Perdonó el segundo el propio Mbappé en el 81 cuando se había plantado solito ante Soria. La vaselina se le quedó en un ridículo interruptus. Luego Sancris también vio la roja por una segunda amarilla en la que, como sus compañeros, se cebó con Vinicius. Los de Bordalás habían perdido la cabeza e iban a perder el partido. Al Real Madrid sólo le quedaban los minutos postreros para llevarse los tres puntos del Coliseum en un partido feo y duro, como le gustan a Bordalás. Lo logró y llegará al Clásico como líder. No sin sufrimiento, que conste, porque Courtois tuvo que salvar un mano a mano ante Kamara en el minuto 95.