Su dureza mereció mayor castigo

A Gavi volvieron a perdonarle la expulsión en el Clásico del Camp Nou

La impunidad de Gavi volvió a quedar patente en el Clásico de Copa del Rey del Camp Nou. Después de que se le perdonara la roja en el último enfrentamiento entre Barcelona y Real Madrid, donde se fue sin motivo alguno a por Ceballos y le derribó de un golpe sin estar el balón en disputa, en la vuelta de semifinales volvió a pasarse de revoluciones. En esta ocasión, los damnificados fueron Camavinga, Vinicius y Rodrygo y, una vez más, acabó sin el castigo merecido.

Martínez Munuera le mostró la amarilla después de enzarzarse con Vinicius. El brasileño se reveló contra Gavi, después de que el mediocentro del Barça volviera a plasmar su agresividad en dos acciones consecutivas y sin motivo alguno. Corrió para tratar de robarle el balón a Camavinga, pero no llegó a tiempo. El francés había soltado ya el balón y, pese a ello, Gavi no dudó en placarle, derribando al madridista. Siguió corriendo como si nada en busca de un balón imposible y se fue a por Vinicius, contra el que también se lanzó al choque.

Los dos placajes volvieron a dejar patente la antideportividad de Gavi. En ambas se desentendió del balón y de la jugada y, sin embargo, se fue sin sanción. Acabó viendo la amarilla, pero no por esas acciones. El árbitro se la enseñó después de pitar la falta y que el internacional español se llevara el balón, provocando la reacción de Vinicius, que acabó enzarzándose con él al intentar quitárselo para ponerlo rápido en juego.

Pero no fue la única que hizo Gavi, que tras estar amonestado dejó de tener influencia en el juego culé. Minutos antes, en otra acción, se fue presionar a Rodrygo, comenzando a bracear y llegando a engancharle del cuello. Aunque Martínez Munuera señaló la falta, dejó de nuevo sin sancionar con tarjeta la excesiva intensidad del jugador blaugrana. El mediocentro volvió a terminar el partido a pesar de su agresividad.

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