Hoy se cumple un lustro del nombramiento de Zinedine Zidane como nuevo entrenador del Real Madrid. Fue un 4 de enero de 2016 cuando se hizo oficial la llegada del francés al banquillo en medio de un runrún constante sobre el que por aquel entonces era técnico de los blancos, un Rafa Benítez al que no le salieron las cosas en el Santiago Bernabéu y duró en el cargo poco más cinco meses, sucesor de Carlo Ancelotti.
Era una apuesta arriesgada en aquel momento. El equipo estaba muy tocado tras la marcha de Ancelotti y la apuesta por Benítez, con una forma de trabajar diametralmente opuesta a la del italiano. Además, el crédito de Zidane era bajo por aquel entonces. Su única experiencia era con el Castilla, en Segunda B, donde por aquel entonces estaba el galo. Florentino Pérez no lo dudó apenas. Creía que era el momento de darle la oportunidad al francés, de otorgarle la posibilidad de equivocarse o demostrar de qué pasta estaba hecho. Solo su sombra como profesional, como futbolista en activo, generó un impacto sin precedentes en el vestuario blanco.
Zizou recogió el trabajo de Benítez, lo apartó de la mesa y desplegó sus planes. El francés dotó a aquel vestuario de carácter, de una esencia magnificencia difícil de adquirir. En la primera etapa del francés en el banquillo del Real Madrid, entre enero de 2016 y el verano de 2018, Zidane volvió a poner al club blanco un escalón por encima del resto, logrando lo imposible, lo que nadie había logrado jamás.
En dos temporadas y media, Zinedine Zidane se alzó con las tres Champions League que disputó su equipo, tres consecutivas, las de 2016, 2017 y 2018. Fue imparable en la lucha por la Orejona durante aquel mandato, logrando lo inimaginable y creando un equipo temible. Tumbó en tres finales a tres equipos colosales como Atlético de Madrid, Juventus y Liverpool. Sembró madridismo por todo el mundo y tiñó de blanco la máxima competición europea. En aquel laxo de tiempo, también se hizo con una Liga, dos Supercopas de Europa, una Supercopa de España y dos Mundiales de Clubes.
El éxito pesó a Zidane, le hizo decantarse por un retiro, por una pausa obligada en su camino. Tras la final de Kiev en 2018, tras derrotar al Liverpool y lograr la tercera Champions consecutiva, el francés sorprendió a todo el mundo con un anuncio que pilló descolocado hasta al propio Florentino Pérez. Tomaba una decisión difícil a la vez que sorprendente. Se marchaba del Real Madrid. En verano de 2018 acabó la primera y sumamente laureada etapa del francés en el Santiago Bernabéu.
Tras aquello, Julen Lopetegui era el elegido para ocupar el banquillo blanco en la temporada 18/19, camino que le cuesta el cargo de la selección española. La aventura del guipuzcoano se tuerce con premura y Florentino Pérez vuelve a optar por un movimiento arriesgado y de la casa como llevó a cabo con Zidane. Santiago Solari es el elegido esta vez. El argentino tampoco cuajó pese a su atrevimiento en el banquillo blanco. Antes de que concluyera la temporada, en marzo de 2019, el presidente vuelve a contactar con Zizou para su retorno y éste acepta.
Regreso y más títulos
En la segunda etapa de Zinedine Zidane en el banquillo, el francés ha continuado ganando títulos para la vitrina merengue. Otra Liga y otra Supercopa de España lustran de momento esta segunda aventura y se suman al resto de trofeos para acumular hasta 11 los campeonatos que lleva logrados en los últimos cinco años el galo con el Real Madrid.
En total, Zidane lleva disputados 234 partidos oficiales con el Real Madrid, de los que ha salido victorioso en 155 encuentros (66%), empató 47 (20%) y cayó derrotado solo en 32 (14%). Es el tercer entrenador de la historia blanca que más partidos ha dirigido tras Vicente del Bosque (246) y Miguel Muñoz (605). Es el segundo entrenador que más victorias ha logrado y el tercero en porcentaje de triunfos con más de 100 partidos, solo superado por Mourinho (72%) y Ancelotti (75%).