Carlos Henrique Casemiro comienza una nueva temporada en el Real Madrid como uno de los jefes del vestuario. Junto a hombres como Modric, Benzema, Nacho, Carvajal o Nacho, el brasileño es uno de los futbolistas que tienen voz y voto dentro de la caseta madridista. Año a año su relevancia en el equipo tanto dentro como fuera del campo va creciendo y esta temporada, tras la marcha de jugadores como Sergio Ramos y Varane, su importancia en grupo aumenta considerablemente.
Este curso Casemiro es el quinto jugador más veterano de la plantilla del Real Madrid. Tras Marcelo, Benzema, Nacho y Modric aparece el brasileño, que comparte este escalafón con Dani Carvajal. No obstante, el mediocentro lleva muchos años siendo uno de los líderes del vestuario. Es habitual que tome la palabra ante los medios de comunicación tras un mal resultado y el club, que lleva años viéndole como el líder en el que se ha convertido, confía ciegamente en él para que tome la palabra ante cualquier situación.
Casemiro es uno de esos jugadores fundamentales para cualquier entrenador. Dentro del campo hace un papel fundamental dando equilibrio al equipo en el centro del campo. Con el paso de los años se ha convertido en uno de los mejores jugadores del mundo en su posición. Fuera del césped también es importante tanto para hacer equipo como para guiar a los jóvenes. Es habitual que los canteranos que llegan al primer equipo destaquen la dureza de un futbolista que sabe lo mucho que cuesta derribar la puerta del primer equipo del Real Madrid, pero también aseguran que es un apoyo y que siempre está muy pendiente de todos ellos. El brasileño es el ‘padre’ de todos los jóvenes que aterrizan en un club donde la presión es máxima. Los exige y los cuida para que entiendan lo que significa defender el escudo del 13 veces campeón de Europa.
El negocio del siglo
Casemiro llegó al Real Madrid procedente del Sao Paulo brasileño en enero de 2013 para formar parte del Castilla, aunque debutó con el primer equipo de la mano de Mourinho contra el Betis. Al año siguiente tuvo ficha en la primera plantilla, aunque con Carlo Ancelotti no jugó todo lo deseado. Para el recuerdo aquellos minutos frente al Borussia Dortmud en el camino hacia la Décima que sirvieron a los blancos para acceder a semifinales.
La falta de minutos le llevó a salir y recaló cedido en el Oporto de Julen Lopetegui, donde terminó de crecer. Al año siguiente, con la llegada de Benítez, volvió al Real Madrid teniendo minutos. Tras la destitución del español llegó Zidane y, de primeras, pasó a formar parte del banquillo, pero tras perder el primer derbi del francés como entrenador le puso en el once y ya nunca más le quitó ni él ni ningún otro entrenador. Lo que ha venido después simplemente es una historia que quiere seguir escribiendo con Ancelotti. El italiano dejó a un joven que se ha convertido en uno de los mejores del planeta.