Eduardo Camavinga debutó como jugador del Real Madrid en el encuentro que midió a los blancos con el Celta el Santiago Bernabéu haciendo un gol y demostrando su calidad. Cuando se había cumplido la hora de partido, Ancelotti decidió dar entrada al joven jugador francés en sustitución de un Eden Hazard que, aunque todavía está lejos de su mejor nivel, sigue dando señales de su mejoría. El francés salió, disfrutó y marcó.
Como si llevase toda la vida jugando con la camiseta del Real Madrid, saltó al verde, pidió la pelota, la recibió, la escondió y jugó. Todo esto con una clase descomunal, lo que despertó los aplausos de un Bernabéu que tenía ganas de ver a Camavinga en directo. Ocupando la posición de interior, junto a Modric y con Casemiro por detrás, disputó sus primeros minutos como futbolista madridista. Ancelotti tiene claro que quiere que el francés ocupe esa zona del campo, donde tendrá que ir recogiendo el testigo del croata y de Kroos.
Camavinga tardó poco en demostrar que derrocha calidad en el centro del campo, pero también aprovechó su debut con el Real Madrid para enseñar a todos que también tiene gol. No llevaba ni 10 minutos en el verde cuando Modric hacía una jugada espectacular que provocaba la ovación del graderío y el rechazo le caía al galo para hacer el cuarto y su primer tanto como jugador blanco. Con la sonrisa que le acompaña siempre y que enseñó el día de su presentación, se tiró al césped para celebrar un tanto que siempre será especial para él.
La carta de presentación de Eduardo Camavinga con el Real Madrid no ha podido ser mejor. Dejó destellos de calidad, demostró que siempre es una solución para sus compañeros dando apoyo una y otra vez y, encima, le puso la guinda a su debut haciendo un gol. Los blancos tienen un diamante.
