Eduardo Camavinga no está atravesando una Eurocopa fácil con la selección francesa. Para Didier Deschamps, entrenador de Francia, no es un futbolista capital en el esquema del equipo, algo a lo que el mediocentro no está acostumbrado. En el Real Madrid suele partir desde el once inicial y, si no es así, a buen seguro que disfruta de minutos saliendo desde el banquillo. Al futbolista no le ha quedado más remedio que adaptarse a esta situación por incómoda que sea, ser buen compañero y hacer grupo.
El papel del madridista está siendo prácticamente residual con Francia, tan sólo ha participado en 48 minutos durante los cuatro partidos que su selección ha disputado en el torneo, lo que equivale al 13% de los minutos, un dato más que llamativo teniendo en cuenta las cualidades que Camavinga puede poner al servicio del equipo y su experiencia en partidos importantes, algo que ha adquirido en el equipo blanco.
Para Deschamps, sus centrocampistas son fijos: Tchouameni, Rabiot y Kanté han iniciado hasta ahora los choques del combinado galo en el torneo, pero sorprende el inmovilismo del técnico, incapaz de buscar un hueco a Camavinga ni siquiera cuando los minutos pasan y el cansancio comienza a asomar en los futbolistas franceses. En los partidos más exigentes, el centrocampista (o lateral) del Real Madrid no ha disputado ningún minuto. Véase el segundo encuentro de la fase de grupos ante Países Bajos o el cruce de octavos de final frente Bélgica.
Ahora, cuando la Eurocopa entra en su fase decisiva, es más que probable que Deschamps se vea obligado a alinear a Camavinga ante Portugal debido a la ausencia por sanción de Rabiot. La amarilla que vio ante la selección belga le hace perderse el choque de cuartos de final frente al equipo de Roberto Martínez y Cristiano Ronaldo. Si Eduardo es el elegido para ocupar esa posición, tendrá ante sí la ocasión perfecta para demostrar su valía.
Al lado, presumiblemente, tendrá a su compañero en el Real Madrid, Aurélien Tchouameni, que se ha erigido el líder del centro del campo, y a Kanté, que a pesar de jugar en una liga menor como es la árabe, ha regresado a la selección por todo lo alto y con la confianza plena del seleccionador.
Camavinga y Deschamps no encajan
La relación entre Deschamps y Camavinga no atraviesa, por tanto, su mejor momento, algo que se hizo especialmente público y visible tras el encuentro que Francia y Polonia empataron a uno en el último choque de la fase de grupos. El futbolista del Real Madrid saltó al terreno de juego en el minuto 60 tras haber escogido los tacos de manera errónea, lo que provocó que resbalase en varias ocasiones y perdiera el balón en zonas del campo delicadas.
Esto no gustó a Deschamps que, una vez pitó el árbitro, no dudó en acercarse al jugador aún sobre el césped para pedirle explicaciones. Algo que volvió a ocurrir después en el vestuario y al día siguiente durante el entrenamiento. El seleccionador francés es reacio a alinear a Camavinga dada su anarquía en el terreno de juego y su impulsividad, lo que en ocasiones le lleva a perder el sitio o a ver tarjetas amarillas innecesarias. Y eso es demasiado para la concepción cuadriculada del fútbol que posee Deschamps.