Brahim Díaz sabe perfectamente que sus temporadas son una carrera de fondo. Por ello, no tiene la más mínima prisa. No se angustia por jugar más o menos, sabe que su momento, antes o después, llegará. Ya sucedió la temporada pasada y lo repetirá este curso. Independientemente de que ahora haya jugado tres minutos en la Liga y 10 en la Supercopa de Europa, está calmado y no pierde la calma.
«Brahim está tranquilo», aseguran desde su entorno. No hay motivos para no estarlo. El malagueño sabe perfectamente lo que tiene que hacer. Trabajar, trabajar y trabajar y, obviamente, aprovechar las oportunidades como ha hecho siempre. Físicamente, está muy bien y Ancelotti sabe que puede contar con él cuando lo estime oportuno.
De hecho, el italiano le mima y le hace ver que llegará su momento. Sólo se han jugado 180 minutos de temporada oficial, por lo que no hay motivos para desesperarse. Como siempre mantienen los que le rodean, no hace falta jugar todos los partidos de inicio en el Real Madrid para ser titular, ya que mantienen que este equipo, con el calendario tan cargado que tiene, lo importante es pertenecer al grupo de 13-14 jugadores a los que Carlo siempre quiere tener cerca.
En el Real Madrid también están encantados con Brahim. Un jugador que trabaja desde el silencio sin poner una mala cara y que cuando Ancelotti, como ha reconocido, no ha sido todo lo justo que debía con él, siempre ha pensado en blanco. Da igual si juega más o menos, él siempre es el mismo. Siempre da el cien por cien y siempre puede ser un jugador con el que contar en cualquier escenario. Le es indiferente si el partido es trascendental o no, él siempre juega igual e intenta sumar.
Esta temporada la competencia arriba ha aumentado con la llegada de Endrick y, sobre todo, de Mbappé. Pero también se debe decir que su estatus no es el mismo que el del curso pasado. El internacional marroquí ahora tiene un valor mucho mayor respecto al que tenía la temporada anterior tras demostrar todo lo que demostró. 12 goles, nueve asistencias y tantos decisivos, como la rosca de Leipzig que trazó el camino a cuartos de la Champions, fueron algunos sus números.
Esta temporada fue uno de los jugadores que más brillaron durante la pretemporada. Fue de los mejores ante Milan y Barcelona, mientras que frente al Chelsea hizo un gol y se llevó el premio a mejor jugador del encuentro. Todo esto bajo un mantra que siempre le acompaña y que es vital para triunfar en el Real Madrid: «Aporto en todo lo que puedo e intento estar preparado cuando juego 30, 60 o 90 minutos».
El ‘psicólogo’ de Güler
Brahim también tiene un papel muy importante dentro de ese vestuario con Arda Güler. El turco está en una situación parecida a la suya, le está costando tener unos minutos que poco a poco irán llegando, como le sucede al andaluz. El otomano lleva peor esta situación y su frustración es mayor, pero Brahim, con el que mantiene una grandísima amistad, le escucha, tranquiliza y aconseja siempre inculcándole que debe trabajar y no bajar los brazos.