«Benzema nos tiene que ayudar en esta segunda parte de la temporada». Esta frase se la ha metido Carlo Ancelotti a su cuerpo técnico en la cabeza desde que comenzó el Mundial. El italiano tenía claro que el rendimiento del francés antes de Qatar iba se iba a ver alterado por varios factores. Primero, por la disputa de un torneo tan importante como el que terminó ganando Argentina. Y después, porque el desgaste que sufrió el pasado curso le pasó factura. No pudo hacer una pretemporada óptima, lo que nunca le permitió sentirse cómodo. Finalmente, se terminó lesionando en Glasgow ante el Celtic. Pero ahora el rendimiento del capitán es muy diferente.
Sin estar al cien por cien, empieza a marcar diferencias. Y eso, ya es mucho para el Real Madrid. Antes del Mundial hizo seis goles en los 12 partidos que jugó con los blancos. Tras la cita mundialista, sus números son notablemente mejores. Ha marcado el doble de dianas, 12, en los mismos partidos. Es decir, suma un tanto por encuentro desde que terminó el campeonato del mundo sin estar, por el momento, en su máximo esplendor.
Además, la importancia de Benzema también queda patente cuando se observa que ha hecho gol en las seis competiciones que ha disputado con el Real Madrid esta temporada. Marcó una diana en la final de la Supercopa de Europa, suma once en Liga, se estrenó con dos en los octavos de final de la Champions, hizo uno clave en Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, vio portería en las semifinales y en la final de la Supercopa de España y marcó en la final del Mundial de Clubes.
Benzema ha jugado 24 partidos en lo que va de temporada, ha hecho 18 dianas y ha repartido cinco asistencias. Y todo esto, teniendo que luchar contra un gran número de molestias musculares que no le han permitido estar a tope, pero que quiere olvidar cuanto antes para seguir siendo determinante en lo que resta de curso. La parte más importante.