Los árbitros perdonaron un penalti claro del Espanyol en los compases finales de la primera parte en el Santiago Bernabéu. Munuera Montero no vio un manotazo de Leandro Cabrera sobre Fran García en el área cuando corría el minuto 41, pero el que estaba en el VAR, De Burgos Bengoetxea debió no verlo tampoco y no le avisó para que lo revisara en la pantalla.
De esta forma, Real Madrid y Espanyol llegaron al descanso con el 0-0 inicial después de que no se pitase ese penalti por un golpe grosero en la cara de Cabrera, central uruguayo, a Fran García, que venía de realizar una buena jugada. El defensa ya hizo el amago con un leve toque, pero en la disputa de pelota le pegó un manotazo para salir con ventaja de la acción.
El colegiado de campo, Munuera Montero, sirvió como carta de presentación del arbitraje español para el recién llegado Kylian Mbappé. El francés vio su primera tarjeta amarilla en la Liga EA Sports tras realizar un insignificante aspaviento que el árbitro interpretó como una severa protesta. La estrella de Bondy la vio en el minuto 32 en un primer tiempo donde realizó varios tiros a portería sin poder hacer gol.
Pero la cosa no quedó ahí porque tanto Jude Bellingham como Vinicius Junior, que entró en la segunda parte para asistir y marcar, vieron la amarilla a manos de Munuera Montero. Ambas fueron por protestar y seguidas una de otra, destacando especialmente la reacción del brasileño que no se lo creía. De las cuatro amarillas que recibió el Madrid, tres de ellas fueron por protestar y sólo Fede Valverde fue castigado por una falta.
Munuera Montero sí que pitó penalti de Carlos Romero sobre Endrick por un agarrón claro al filo del área que acabó dentro. El francés no falló y metió su tercera pena máxima con el Real Madrid. Máxima efectividad también del brasileño, que cada vez que entra o marca gol o lo genera.