Una alerta por tormentas en Miami, que se intensificarán el viernes, ha retenido al Real Madrid en el aeropuerto de Palm Beach justo antes de emprender su viaje a Nueva York para cumplir con sus compromisos previos al partido frente al PSG en el MetLife Stadium. El avión del conjunto blanco despegó con más de una hora de retraso y tuvo dificultades para aterrizar en Nueva York, lo que obligó a la delegación madridista a cancelar tanto la rueda de prensa de Xabi Alonso como la zona mixta de Courtois, Valverde y Jacobo Ramón. Finalmente, a las 2:52 hora peninsular española la entidad madridista confirmó que había aterrizado.
El Real Madrid fue el único de los cuatro semifinalistas de este Mundial de Clubes que decidió abandonar Nueva York tras su partido de cuartos de final. Chelsea, Fluminense y PSG permanecieron en la ciudad, mientras que los hombres de Xabi Alonso optaron por regresar a la Valdebebas americana. El motivo no era otro que buscar mayor comodidad para preparar el encuentro ante los franceses, pero la apuesta no ha salido como se esperaba, ya que el equipo no ha podido asistir a la previa de un partido tan importante como el que se disputará este miércoles en el MetLife Stadium de Nueva Jersey.
Minutos antes de que Luis Enrique compareciera ante los medios, saltaba la noticia: el Real Madrid aún no había conseguido aterrizar en Nueva York. Tras la rueda de prensa del técnico del PSG, la FIFA confirmó que toda la actividad previa del equipo blanco quedaba cancelada, para sorpresa de todos los periodistas presentes en una sala de prensa abarrotada. Incluso el propio entrenador asturiano se mostró sorprendido al escuchar la noticia.
De este modo, el Real Madrid es el único de los cuatro semifinalistas que no ha atendido a los medios de comunicación en la previa del encuentro. Es decir, no ha hablado ni con los periodistas ni con los aficionados, que esperaban conocer el pensamiento de Xabi Alonso a pocas horas de este importante duelo. En caso de clasificarse para la final, el equipo deberá permanecer en Nueva York, ya que la FIFA no permite que los finalistas abandonen la sede donde se juega el último partido.
