El Real Madrid reina en Lugo (2-1)
El Real Madrid se proclamó campeón de la Copa del Rey Juvenil tras ganar 2-1 al Espanyol en el Anxo Carro de Lugo
Loren y Nakai, en la prórroga, hicieron los goles de los blancos
El Real Madrid se proclamó campeón de la Copa del Rey Juvenil tras ganar 2-1 al Espanyol en el Anxo Carro de Lugo. Los chicos de Hernán Pérez lograron el primer título de la temporada gracias a los goles de Loren y Nakai. El tanto de los catalanes lo hizo Miguel. Los blancos conquistaron en tierras gallegas su trofeo copero número 14 y pudieron llevarse una gran alegría tras una temporada llena de dificultades.
No empezó bien la final para el Real Madrid. Miguel, una de las mayores perlas del fútbol español, no tardó en dejar su sello en la final con un zurdazo sensacional que atravesó la defensa blanca e inutilizó la estirada de Piñeiro. El golpe a los de Hernán Pérez les afectó lo justo, ya que generó una ocasión de inmediato que estuvo cerca de acabar en gol y, a continuación, logró la igualada gracias a un tanto de Loren. Desde el pico del área pequeña el canterano madridista cruzó la pelota e Iker, a pesar de tocarla, no pudo evitar el empate. No se había cumplido el minuto 10 y ya habíamos visto dos dianas.
Tras los primeros minutos frenéticos, todo se igualó. El Real Madrid llevó la voz cantante y se hizo con la pelota, pero los chicos de Corominas buscaron hacer daño con ataques que pusieron en muchos apuros a la zaga madridista.
Respeto y sentencia
Después del paso por los vestuarios la igualdad se mantuvo. Ambos equipos se mostraron mucho respeto y los dos dejaron a la vista su miedo a fallar. El Espanyol hizo gol, pero Miranda estaba en fuera de juego, y los madridistas reclamaron un penalti. El marcador no se movió y la gran final se tuvo que decidir en la prórroga.
Para el tiempo extra Hernán Pérez apostó por la pareja Sala-Nakai en la delantera y el resultado no pudo ser mejor. A los cuatro minutos de la prórroga el japonés con un zapatazo ponía en ventaja a los madridistas. Bruno Iglesias cruzó todo el flanco izquierdo espanyolista hasta llegar a línea de fondo, recortó, levantó la cabeza, vio a Pipi y éste, de primeras, empaló la pelota para poner el 2-1. Con el Espanyol lanzado a por el empate, Víctor pudo sentenciar antes del descanso, pero se topó con Iker.
En el segundo tiempo de la prórroga el Real Madrid supo aguantar y el Espanyol, con más corazón que fútbol, no pudo lograr la igualada. Finalmente, el marcador no se movió más y fuero los madridistas los que pudieron celebrar en tierras gallegas.